El IVA, o impuesto sobre el valor añadido, es el impuesto indirecto incluido en el precio de venta de los bienes y servicios. Las entidades fiscales que ejerzan una actividad empresarial o profesional de cualquier tipo tienen que declarar su IVA soportado (con algunas excepciones, por supuesto).
Antes de hacer la liquidación del IVA, es importante entender cómo se calcula el resultado y cuáles son los diferentes tipos de IVA que se tienen en cuenta.
- El IVA repercutido: es la cuota tributaria que una empresa cobra a sus clientes por la prestación de un servicio. Se añade al importe que la empresa factura al consumidor final o a otra empresa cliente (el resultado es un «total +IVA » que factura la empresa a nombre del Estado).
- IVA deducible o IVA soportado: es el impuesto que una empresa paga a sus proveedores o acreedores por la compra de un bien o servicio facturado. El IVA soportado no siempre es deducible, aunque estos dos términos suelan usarse como equivalentes. Es un IVA deducible porque los gastos de empresa pueden, en determinadas condiciones y de forma justificada, deducirse del impuesto recibido con el IVA repercutido.
En el momento de liquidar el IVA, se realiza un asiento de regularización; es decir, se calcula la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA deducible. Si el IVA repercutido es inferior al IVA deducible, Hacienda acepta realizar un crédito, que devolverá a la empresa en la declaración del último trimestre.
¿Necesitas una factura? 🗒
Los recibos y facturas de los bienes adquiridos o servicios contratados por una empresa, necesarios para el ejercicio de su actividad, contienen la información sobre el tipo de IVA aplicable que habrá que recopilar para poder hacer más adelante la liquidación del mismo.
Aunque las facturas suelen incluir el nombre de la empresa para asegurarse de que luego se podrá deducir el IVA, muchos recibos del día a día, como facturas de restaurantes o parkings, no suelen incluirlo. Estos tickets suelen terminar en el fondo de los bolsos y bolsillos de los empleados. Sin embargo, será necesario conservar todos los recibos originales de cara a un posible control fiscal.
¡Y aquí entra Qonto! 🤘🏻
Si la contabilidad y la liquidación del IVA ya no suelen ser plato de buen gusto para nadie, todavía lo es menos el tener que perseguir a los miembros de tu equipo y colaboradores para que guarden sus tickets.
Con Qonto, los pagos se efectúan en tiempo real. Tus empleados reciben una notificación al instante, y solo tienen que entrar en la aplicación y añadir a la transacción el justificante del IVA (deducible) que se aplica en ese caso.
Las empresas con el plan Solo o Standard podrán seleccionar fácilmente, gracias a unas etiquetas predeterminadas con los tres tipos de IVA vigentes en España, cuál es el que aparece el recibo de la transacción. Los usuarios del plan Premium tienen acceso a la detección automática del IVA aplicable. Cuando el usuario hace una foto del recibo o sube una factura, el algoritmo de Qonto 🤖 detecta el tipo de IVA ¡Y listo! Solo tendrás que confirmar si es correcto para que quede registrado y pueda aparecer luego en las exportaciones contables.