Tenéis una idea, habéis identificado un hueco de mercado, solventáis un problema, contáis con el talento, y finalmente os habéis decidido: vais a montar vuestra empresa. Es un momento lleno de ilusión. Pero tras la excitación inicial surgen las preguntas y las primeras decisiones tienen que ser tomadas.
Comenzar es un proceso que no tiene por qué ser complicado, pero hacer bien las cosas no es tan fácil como parece. Desde el alta y registro de la empresa, la distribución de acciones y estatutos, hasta las cuentas bancarias y de impuestos necesarias, todo se puede hacer muy cuesta arriba si no cuentas con profesionales que te asesoren o instituciones que te apoyen en el proceso.
Por suerte, existen entidades especializadas en dar soporte a las nuevas empresas a lo largo de todo el proceso, y también administraciones públicas que incorporan cada vez más facilidades e incentivos dirigidos a los emprendedores para que puedan iniciar su actividad.
Si le sumas que existen compañías como Qonto o Weecover que apuestan activamente por proporcionar los servicios que necesitan las startups en su nacimiento, de manera sencilla y ágil, tu puesta en marcha tiene todas las garantías de éxito. Pero eso no te exime de que trabajes activamente por cubrir todos los requisitos legales y todo lo necesario para que tu empresa dé sus primeros pasos con garantías y solidez.
Una de las cosas más importantes que debes tener en cuenta al principio son los seguros. Sí, ya sabemos que los seguros son poco atractivos, pero además suelen ser los grandes desconocidos, y las dudas sobre qué es y qué no es obligatorio en cuanto a coberturas para la actividad de vuestra startup será una de las primeras cuestiones que os plantearéis.
Seguros obligatorios
La buena noticia es que realmente hay pocos seguros estrictamente obligatorios para una startup de tipo tecnológico o en el campo de la innovación:
- El seguro de accidentes laborales: Si cuentas con trabajadores y estás, por tanto, sujeto o sujeta a un Convenio Laboral, tendrás que contratar el Seguro de Accidentes de convenio. Con esta póliza indemnizarás a tus empleados en caso de que sufran un accidente, invalidez o fallecimiento.
- El seguro de vehículos: Como para cualquier vehículo, si tu empresa utiliza un coche o cualquier otro tipo de transporte o flota, deberá tener su póliza en vigor.
¿Ya está? Bueno, luego están los ligados a tu actividad concreta. Si tu sector es el de la construcción, es probable que tengas que contar con un seguro Decenal. Poco más, aunque… Ante esto es probable que ahora mismo te estés preguntando si necesitas de un Seguro de Responsabilidad Civil (y si no, probablemente deberías hacerlo).
¿Necesito contratarlo en el momento de crear mi startup?
De nuevo, dependiendo de tu actividad concreta, es posible que tengas la obligación de hacerlo. El seguro de Responsabilidad Civil es obligatorio para compañías y profesionales:
- Sanitarios
- Abogados
- Corredores de seguros
- Intermediarios financieros
- Administradores concursales
- Espectáculos o actividades recreativas, festejos y pirotecnia
- Transporte público y escolar
- Agencias de viaje
- Compañías de ascensores
Entendemos que una startup es una empresa o autónomo de reciente creación, con una importante base tecnológica para el desarrollo de un servicio o producto de rápido crecimiento y con posibilidad de inversión a corto plazo. Pero si tu foco de acción está en los sectores expuestos la contratación del seguro de responsabilidad civil será obligatoria.
Para el resto no es obligatorio. De cualquier modo, la pregunta clave es, «¿aunque no tenga la obligación de hacerlo, debería contratarlo?»
Y la respuesta es clara: sí, sin dudarlo. El seguro de RC cubrirá tu negocio frente a posibles reclamaciones que un tercero te pueda hacer: empleados, clientes, proveedores, etc. Protege por tanto tu patrimonio, algo fundamental tanto en los inicios como en el crecimiento de la compañía.
Y puede ser de varios tipos:
- Responsabilidad Civil General: Cubre las reclamaciones por daños causados a un tercero ocurridos al desarrollar tu actividad. Suele ser de mucha cuantía (cientos de miles de euros) para cubrir por completo cualquier problema en ese sentido, dado que las indemnizaciones a cubrir pueden ser realmente altas.
- Responsabilidad Civil de Producto: Las reclamaciones por daños causados a un tercero, por un error o defecto en uno de los productos que comercializas. Igual que en el caso anterior, pueden ser muy elevadas.
- Responsabilidad Civil Profesional: Cubre los daños causados a un tercero por el asesoramiento o servicio que ofreces desde tu empresa.
- Responsabilidad Civil por Protección de datos: Cubre las reclamaciones de terceros en caso de incumplimiento involuntario de la Ley de Protección de Datos.
El seguro de RC es tan importante que a menudo se suele contar como obligatorio, aunque estrictamente en algunos casos no lo sea. Son muchos los proveedores, clientes o inversores que no darán el visto bueno a una startup que no cuente con este seguro, dado que el no tenerlo deja la empresa en una grave situación de desprotección en caso de cualquier problema o reclamación.
Esto es algo que los fundadores no suelen tener en cuenta, ya sea por conocimiento, por foco en su negocio-idea, por tiempo o incluso porque no consideran que nada pueda salir mal y asumen el riesgo. Teniendo en cuenta que no se trata de un seguro caro y que su contratación no suele ser complicada, es un gran error no contar con la cobertura de RC desde el inicio, sobre todo para trabajar con la tranquilidad de tener cualquier reclamación cubierta y poder poner toda la fuerza en el proyecto.
Seguros opcionales (pero recomendables)
¿Algo más? Pues sí. Porque a partir de los seguros básicos, ya sean obligatorios o no, existe mucha oferta aseguradora que es muy recomendable, positiva e incluso económica, adaptada al negocio e idiosincrasia de las startup. Por ejemplo:
- El seguro ciberriesgo: Realmente se puede dar cobertura a muchísimas más operativas de ciberriesgo de las que crees, con el límite claro en cualquier actividad ilegal (por ejemplo, pago de rescates por secuestro de datos). Pero como mínimo recomendamos aquellas ofertas aseguradoras que cubran los daños que puedas causar en terceros por culpa de ataques o virus-troyanos, tipo RC por virus. Con esto sería suficiente al principio, aunque es recomendable crecer en coberturas en los primeros meses de recorrido. Ten en cuenta que si tu compañía es proveedora de consultoría informática, este seguro será base para ti y tus clientes, aunque por la naturaleza de tu negocio el coste puede ser más elevado.
- El seguro de local-comercio: Coberturas que irán desde cubrir la RC en caso de que tu actividad cause daños en el local que tengas alquilado (muy recomendable para una startup), hasta seguros más específicos para oficinas y naves, ya sean alquiladas o propias.
- El seguro de accidentes o baja laboral: Que te garantizarán una aportación económica para cubrir los gastos fijos en caso de sufrir un accidente que paralice tu actividad.
- El seguro D&O (administradores y directivos): Especialmente importante cuando empiecen a entrar inversores externos, fondos, VC, o se comiencen rondas de inversión-financiación (o incluso para subvenciones). Se trata de un seguro por la responsabilidad que asumen los administradores, cofundadores o emprendedores, al que responden con su propio patrimonio.
- Los seguros de vida sobre las personas clave: Ya sea el CEO o los fundadores, ¿qué ocurre si por desgracia en algún momento faltan? Este seguro cubrirá a la compañía por los perjuicios que su baja pueda causar en la organización.
- El seguro de dispositivos: Cubre todos los equipos, tecnología, mobiliario y otros dispositivos que tengas en la oficina para realizar con normalidad los procesos diarios de tu compañía, ya sea por daños accidentales como por catástrofe.
Como ves, una buena política aseguradora en vuestra compañía os puede salvar de muchos problemas e imprevistos. No solo a una startup, sino a cualquier tipo de empresa, ya que los daños ocasionados que cubren este tipo de seguros pueden ser fatales en los primeros pasos de una empresa tecnológica e innovadora. La tranquilidad de contar con cierta cobertura en aspectos tan importantes para el funcionamiento de la empresa hace que merezca la pena invertir estos (pocos) cientos de euros cada año.
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