«Las contabilidades nos van a durar poco», le dije hace pocos días a una nueva incorporación en nuestro despacho. Esta afirmación, que puede sonar alarmante, refleja una realidad que muchos profesionales del sector aún no quieren ver: la inteligencia artificial está a punto de revolucionar por completo nuestro modelo de negocio tradicional.
La IA y el fin de la contabilidad tradicional: ¿estamos preparados para el cambio?

La realidad que no queremos ver
En una formación reciente escuché hablar de diferentes estados de competencia, y me di cuenta de que la mayoría de nosotros, los asesores, nos encontramos en el estado de «incompetente consciente» respecto a la IA. Sabemos que existe, sabemos que puede hacer muchas cosas, pero como no entendemos bien su alcance real, tendemos a minimizar su impacto diciendo «no es para tanto».
Pero sí es para tanto. Y va a ser mucho más rápido de lo que nos imaginamos.
«Sabemos que la IA existe, sabemos que puede hacer muchas cosas, pero como no entendemos bien su alcance real, tendemos a minimizar su impacto».
Mi experiencia personal con la inteligencia artificial ha sido reveladora. Actualmente la utilizo para diseñar eventos, crear aplicaciones web y optimizar procesos que antes requerían conocimientos técnicos que no poseía. Hace pocas semanas desarrollé una aplicación web completa para un test diagnóstico sin tener conocimientos previos de programación, simplemente preguntando a la IA qué herramientas usar y cómo implementarlas.
Esta capacidad de la IA para enseñar y guiar en tiempo real está democratizando el acceso a habilidades técnicas complejas. Lo que antes requería años de formación especializada, ahora puede aprenderse y aplicarse en cuestión de horas.
El verdadero potencial: datos y decisiones estratégicas
El verdadero potencial de la IA en nuestro sector no está solo en automatizar tareas repetitivas, sino en su capacidad para procesar y analizar datos de manera inteligente. Cuando tengamos todos los datos de nuestros clientes estructurados y digitalizados gracias a normativas como Verifactu, podremos alimentar sistemas de IA que respondan a preguntas complejas sobre el negocio de nuestros clientes.
La clave estará en saber hacer las preguntas correctas. Los datos han sido siempre «la mina de oro del siglo XXI», pero hasta ahora adolecían de un problema fundamental: ¿cómo usar toda esa información para tomar decisiones estratégicas? La IA parece tener la respuesta.
Las asesorías pequeñas que se limitan a hacer contabilidades y presentar impuestos sencillos no van a tener cabida en el futuro próximo. Este modelo de negocio que nos ha dado de comer durante décadas está condenado a desaparecer.
¿Significa esto el fin de nuestra profesión? Todo lo contrario. Significa su evolución hacia algo mucho más valioso y estratégico.
La transformación necesaria: del procesamiento al asesoramiento
El futuro pertenece a las asesorías que sepan transformarse en verdaderas consultoras de negocio. Nuestro valor añadido estará en la gestión empresarial orientada a que los negocios ganen más dinero, paguen menos impuestos y tomen decisiones informadas basadas en datos.
Esto implica capacidades profesionales de alto nivel: conocimiento normativo profundo, capacitación tecnológica avanzada y, sobre todo, la habilidad para interpretar datos y convertirlos en insights accionables para nuestros clientes.
«Los perfiles puramente administrativos ya no tienen cabida en nuestros despachos».
Buscamos profesionales con inquietudes tecnológicas, capacidad de adaptación y, fundamentalmente, una mentalidad orientada al asesoramiento estratégico más que a la ejecución de tareas repetitivas.
La formación continua se convierte en algo crítico, no solo para mantenerse al día con las novedades normativas, sino para entender y aprovechar las nuevas herramientas tecnológicas que surgen constantemente.
La oportunidad histórica
La velocidad del cambio va a ser mayor de lo que pensamos. Mientras algunos colegas siguen pensando que la IA «no es para tanto», la realidad es que no saber usarla nos está limitando la percepción de su verdadero potencial.
Mi consejo es comenzar ya. Experimentar, probar, fallar y aprender. La IA no va a reemplazar a los asesores, pero los asesores que sepan usar IA sí van a reemplazar a los que no saben sacarle su potencial.
Estamos ante una oportunidad histórica de reinventar nuestra profesión. De pasar de ser procesadores de datos a ser intérpretes de información estratégica. De dejar de ser un gasto necesario para nuestros clientes para convertirnos en un socio imprescindible para el crecimiento de sus negocios.
La pregunta no es si la IA va a transformar nuestro sector, sino si nosotros vamos a liderar esa transformación o vamos a ser víctimas de ella.
El futuro ya está aquí. Y es hora de decidir de qué lado de la historia queremos estar.