Ara Rodríguez Talavera, periodista especializada en el mundo de los emprendedores y startups y escritora recurrente en el blog de Qonto, explica las oportunidades y dificultades que conlleva expandir un negocio en el extranjero.
La gran pregunta de la startup, ¿debo salir al extranjero?
Ahora bien, ¿es una situación por la que realmente las startups tienen que pasar? Hay algo que si quieres abrirte a un nuevo país deberás tener en cuenta: no es lo mismo emprender en casa que expandir un negocio. Para esto, podemos dar una respuesta corta y una larga. Si como emprendedor estás pensando en hacer las maletas y abrir fronteras, la respuesta breve está clara: depende. Pero si estás leyendo esto, probablemente quieras algo con más fundamento.
La realidad es que es una decisión que tiene que tomarse con todas las cartas sobre la mesa y la cabeza bien fría. Habrá que encontrar el momento propicio en relación a la madurez de un producto. Y en esto pasa como con la vida, si algo no funciona en casa, poner parches y distracciones seguramente no será una buena idea. Tener la solvencia financiera para afrontar el proyecto -salir al extranjero es caro, muy caro- y algo esencial: saber que habrá que tomar decisiones complicadas. Un punto que tendrá que ser la máxima de aquellos que quieran probar suerte.
Al extranjero sí, pero ¿dónde?
Salir o no es una gran pregunta, pero es casi más importante tener claro el destino. Una buena o mala decisión puede determinar el éxito o el fracaso de la empresa. Y en esto, hay dos claros ganadores que han permanecido en el histórico del imaginario emprendedor. Porque las modas pueden ser muy peligrosas; cada uno tendrá que ir a la región que mejor se adapte a su emprendimiento.
Estados Unidos, como cuna de las startups más grandes y centros de innovación del planeta, es el dorado para muchos. Lugar de origen de algunos de los mayores fondos de inversión y una sociedad abierta a la adopción de nuevos modelos de negocio, sigue siendo uno de los más interesantes a la hora de expandirse. También es uno de los que más competidores registra y con tasas de inserción más elevadas. Y, por supuesto, China y ahora India. Los dos países más poblados del planeta son interesantes precisamente por eso: su numeroso público objetivo. Pero pocos han triunfado en esas regiones. Con políticas para tecnología extranjera muy complejas, hasta Uber y Facebook han tenido que replegar las velas.
¿Son regiones imposibles? Ni mucho menos, pero quizá primero hay que analizar las opciones y tener en cuenta muchos factores. El idioma, la cultura, el modelo de negocio que estemos trabajando -porque quizá vender hielo online en Alaska no es la mejor de las opciones-, analizar la posible competencia o cómo es el país en cuestión o qué regulación respecto a compañías extranjeras opera. Porque hay que recordar algo: salvo algunas excepciones históricas, los países no modifican su estructura para dar cabida a innovaciones.
Hay que elegir un destino en el que podamos encajar nuestro modelo y no al revés.
Un mundo lleno de opciones, pero que hay que analizar con cuidado
Para el emprendedor de habla hispana, Latinoamérica sería un lugar interesante a tener en cuenta. Aunque no lo parezca, el idioma es un paso importante. Pero no te confundas, el hecho de compartir antepasados no hace que tengamos la misma cultura o costumbres. Ya son muchas las compañías que, atraídas por el idioma, han fracasado con algo tan simple como son los pagos con tarjeta en regiones donde la tasa de inserción de una simple cuenta bancaria estaba rozando el 1 %.
Un buen análisis de mercado antes de abordar un nuevo país, ayudará a solucionar problemas futuros.
Otros podrían pensar que quizá Europa, por cercanía y por cultura, es un buen negocio. No es una mala idea, pero habrá que tener en cuenta potentes factores culturales. Francia, por ejemplo, es una gran protectora de los emprendimientos y productos nativos del país. ¿Quizá la asociación con una empresa local sea una buena opción para abordar esos nuevos mercados? ¿O tal vez una compra para absorber volumen de negocio?
Ahora en su reciente auge como búsqueda de una alternativa al petróleo, Emiratos Árabes se estaría posicionando como una región interesante a la hora de expandir un negocio.
Sea cual sea la opción, el grueso de los emprendedores que ha pasado por este trance tiene una receta mágica: pide ayuda y crea nuevos contactos o socios estratégicos que entiendan ese lugar que quieres afrontar. Porque una pregunta a tiempo, puede ahorrarte muchos problemas futuros.
Da igual el país que elijas, pero busca personal local.
El talento es el mayor activo que puede tener una empresa, y si es tecnológico mucho más. Si estamos hablando de expansión al extranjero, el personal local será vital para poder entender el nuevo mercado. Al igual que el mundo está trabajando en la diversidad de sus plantillas para enriquecerse de puntos de vista diferentes; el hecho de contar con manos locales ayudará a estar un paso más cerca del éxito. Aunque eso no te exima de invertir en una buena campaña de marketing.
Huir del síndrome del mercado doméstico será una máxima que los fundadores tendrán que grabarse a fuego. ¿Será garante de éxito? Ni mucho menos, pero ayudará.
Con todo, salir al extranjero tiene sus pros y sus contras, pero si se tienen las cosas claras será el salto perfecto para muchas compañías que están buscando llevar su emprendimiento un paso más allá. Uno que te llevará largas horas de estudio, algunos disgustos, pero seguramente grandes resultados.