Bajo la influencia de un cóctel explosivo de factores geopolíticos y económicos, como la interrupción de las cadenas de suministro posteriores a la COVID, la guerra en Ucrania y la crisis energética, a la inflación se le ha atribuido poder y ha tenido un impacto significativo en los consumidores y las empresas.
Y parece que ha llegado para quedarse. Según el INE, la tasa anual de inflación a finales de 2023 se sitúa en un 4,5%. Este contexto está ejerciendo presión sobre las pymes. Y, en particular, su tesorería. Al igual que un CFO, ahora más que nunca, necesita controlar y optimizar sus entradas y salidas efectivas y anticipar sus posibles necesidades de financiación.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de administrar el flujo de caja en tiempos de inflación? En este artículo te damos todos nuestros consejos.