¿Qué son los modelos de negocio?

Un modelo de negocio vendría a ser el patrón donde quedarían recogidos determinados aspectos que hay que saber gestionar a la hora de crear una empresa y desarrollar tu idea; tales como la definición y posicionamiento de sus productos y servicios, el modo de lanzarlos al mercado o los recursos y formas de financiación disponibles. Es decir, la estrategia a seguir para generar valor dentro de una perspectiva que integre todas las áreas del negocio.

Partiendo de esta definición, el modelo de negocio de tu empresa ha de tener en cuenta aspectos tales como qué es aquello que vas a ofrecer al mercado, cómo lo puedes hacer, quiénes conformarán tu clientela potencial y cuáles serán tus métodos para generar ingresos. Se trata de ver en definitiva cuáles son las mejores formas de generar y desarrollar una nueva propuesta de valor.

Para triunfar en un mercado cada vez más competitivo se hace necesario analizar qué componentes resultan fundamentales en el modelo de negocio elegido. Obviamente, un elemento básico ha de ser la rentabilidad, pues no en vano toda empresa necesita obtener beneficios y ganar dinero para poder sobrevivir.

Ahora bien, en el mercado actual existen otros elementos que caracterizan asimismo a un buena propuesta de modelo de negocio, como puede ser la estandarización, es decir, la posibilidad de replicarse en cualquier lugar del mundo (así sucede con las franquicias), o la escalabilidad, esto es, la capacidad de ampliar el negocio para conquistar cada vez mayores cuotas de mercado.

Otra característica importante que define a un modelo de negocio exitoso es que sea innovador, en cuanto a que busque nuevas soluciones únicas para necesidades específicas.

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Son varios los modelos de negocios que se pueden encontrar en el mercado. Algunos de los más extendidos serían los siguientes:

• Multicomponente. Es aquel modelo que se sirve de multitud de entornos para la venta de los productos ofrecidos. Un ejemplo es Coca-Cola, que vende tanto en bares, tiendas de barrio, supermercados, máquinas dispensadoras, etc.
• Negocio de suscripción. Este modelo permite a los usuarios acceder a un servicio, generalmente digital, suscribiéndose a través de internet, generalmente mediante el registro en una página web, y pagando por dicho servicio una cuota determinada. Se trataría, por tanto, de un sistema online. Ejemplos de ello serían Netflix o Movistar.
• Freemium. La idea sobre la que se asienta este modelo es permitir a los usuarios disfrutar gratis del servicio ofrecido en una versión reducida, pero si se quieren mayores funcionalidades y una versión más completa, hay que pagar una suscripción. Ejemplos de este modelo serían Spotify o Dropbox, entre otros.
• Franquicias. Este modelo permite a un emprendedor abrir un establecimiento y vender los productos de una firma de éxito que ya está en funcionamiento, pagando a cambio unos determinados royalties. Ejemplos claros de este modelo son McDonald’s o Starbucks.
• Cebo y anzuelo. Se llama así al modelo de negocio orientado a la venta de un artículo principal a bajo precio para atraer la demanda sobre otros productos complementarios de la misma compañía. Así sucede por ejemplo con las empresas que se dedican a la venta de impresoras, cuyos precios bajos se compensan con el de los consumibles necesarios (tóner o cartuchos de tinta).
• Subastas en línea. En este modelo se sustituyen las ventas tradicionales, basadas en un precio preestablecido, por un proceso de subasta en el que los clientes pujan por cada producto. Ejemplo de ello es la conocida plataforma eBay.

Pese a no contar con las infraestructuras de las grandes multinacionales, las pymes disponen de excelentes ventajas para desarrollar modelos de negocio exitosos, dada su mayor velocidad de respuesta a los requerimientos de la clientela o su óptima capacidad para ofrecer un servicio más personal y a la vez continuo.

El establecimiento de un plan de negocios para pymes debe realizar por ello un enfoque muy especial hacia el análisis del consumidor, estudiando el comportamiento y la forma de los clientes para comprender sus necesidades de consumo y la mejor manera de satisfacerlas.

Es asimismo importante el análisis de la competencia, en el sentido de establecer los puntos fuertes y débiles de aquellos otros emprendedores que ofrezcan en el mercado similares artículos.

Un tercer elemento a considerar a la hora de establecer el modelo de negocio más adecuado para una pyme es el llamado análisis estratégico, donde se tendrán en cuenta aspectos claves como la estrategia de precios o la diferenciación a través de elementos tales como el diseño del producto, posibilidad de entregas a domicilio o una atención personalizada al cliente.

El desarrollo de un modelo de negocio atraviesa una serie de fases, de las que su adecuada preparación vendría a ser la primera de ellas. Durante esta primera etapa es necesario definir los objetivos del proyecto, realizar las oportunas tareas de planificación y formar el equipo más adecuado para su puesta en marcha.

Luego vendría la fase de diseño, en la que se recomienda seguir el denominado business model Canvas, cuyos componentes más destacados serían el análisis del concreto segmento del mercado donde se piensa operar, los canales para la relación con los clientes, la determinación de las diferentes fuentes de ingresos, el establecimiento de las actividades claves o, entre otros, el análisis de la estructura de costes.

Las últimas fases serían las de aplicación y gestión del modelo elegido, para lo que será necesario en cada caso disponer de las herramientas, equipos y personal específico en las diferentes áreas implicadas: administración, producción, distribución, marketing, publicidad, etc.