En el momento en el que cualquier persona se plantea crear una empresa, ya sea en España o en cualquier otro país del mundo, la duda más frecuente se sintetiza en una pregunta muy concreta: ¿cuánto me va a costar ponerla en marcha? Al fin y al cabo, las ideas son gratis (aunque difíciles de encontrar), pero llevar esas ideas al plano de la realidad ya es harina de otro costal.
El problema, además, es que esa pregunta tan concreta empieza a multiplicarse en muchas otras cuestiones más generales en cuanto empiezas a pensar sobre ello… ¿Qué tipo de empresa debo crear? ¿Todas las formas legales disponibles cuestan lo mismo o hay algunas más caras que otras? ¿Qué tipo de gastos debería tener en cuenta? ¿Hay muchos costes además de los de los trámites puramente burocráticos y legales?
Por suerte, todas estas preguntas tienen respuesta. Y esas respuestas las encontrarás en este artículo.
¿Qué tipos de empresa se pueden crear en España?
En España, existen muy variadas opciones para cualquier persona que quiera lanzarse de cabeza a la aventura de emprender. La manera más fácil de arrancar una actividad comercial, sin embargo, no es ninguna forma legal de empresa en concreto, sino el formato de empresario individual (comúnmente conocido como autónomo). Esta categoría se refiere a toda aquella persona física que realiza una actividad económica de forma personal, directa y habitual.
Si tu idea de empresa es más sofisticada, sin embargo, deberás optar por la forma legal que mejor se adapte a tus necesidades. Los tipos de empresa que se pueden crear en España están tipificados dependiendo de dos factores: la actividad profesional a la que se va a dedicar y la estructura legal adoptada.
Existen muchas formas legales por las que puede optar una empresa, pero las más comunes en el territorio español son las siguientes:
- Sociedad Limitada (SL). Esta es, más que probablemente, la forma legal más extendida en España. Sus principales características son dos: tiene carácter mercantil y su capital social está dividido en participaciones, de tal forma que la responsabilidad de los socios se limita únicamente al capital que hayan aportado.
- Sociedad Anónima (SA). El principal rasgo de esta forma legal de carácter mercantil es que su capital social está dividido en acciones y que, en consecuencia, la responsabilidad de los socios se limita al capital aportado.
- Sociedad Cooperativa. En esta forma legal mercantil, los socios son a la vez propietarios y trabajadores. Es un formato que suele se recurrente en el sector de los servicios.
- Sociedad Civil. Los socios de esta forma lega se comprometen a realizar una aportación que puede ser de carácter variable (dinero, bienes, trabajo, conocimiento, etc.). La finalidad de esta asociación es, por lo tanto, desarrollar en común una actividad económica con ánimo de lucro.
Existen muchas otras formas legales por las que puede optar una empresa: la Comunidad de Bienes, la Sociedad Colectiva, la Unión Temporal de Empresas, la Asociación sin Ánimo de Lucro… Y todas ellas tienen todo un conjunto de características únicas que es necesario conocer para así optar por la que mejor se adapte a la actividad que se pretende desarrollar.
¿Cuáles son los gastos para montar de una empresa en España?
A la hora de crear una nueva compañía en territorio español, deberás tener en cuenta dos tipos de costes: por un lado, los legales y administrativos y, por el otro, los asociados.
Costes legales y requisitos administrativos
Lo primero que hay que tener en cuenta respecto a los costes legales y administrativos relativos a la creación de una empresa en España es, fundamentalmente, que no son fijos sino variables. Estos costes dependen de diferentes factores como, por ejemplo, el tipo de forma legal de la nueva compañía o la comunidad autónoma en la que resida su sede legal.
Hay cinco costes comunes que debes tener en cuenta a la hora de crear una nueva empresa:
1. Registro Mercantil. La tasa a pagar en el Registro Mercantil para inscribir a una nueva empresa depende directamente del capital social de esta. Puede variar entre los 60 y los 400 euros, aproximadamente.
2. Notario. La visita (o visitas) al notario son imprescindibles a la hora de constituir una nueva empresa y realizar su escritura pública. La dificultad de constitución de una nueva sociedad y la tarifa del notario inciden directamente en este coste, aunque lo más común es que oscile entre los 300 y los 500 euros.
3. Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentales. Este es un impuesto que tasa la transmisión de bienes y derechos. Al crear una empresa, su coste final se calcula a partir del capital social.
4. Inscripción en el Registro de Empresas. Esta tasa de inscripción suele variar entre 50 y 200 euros, dependiendo de la comunidad autónoma en la que se realice.
5. Licencias y permisos. Es probable que, dependiendo de la actividad económica que vaya a desarrollar tu empresa, debas tener en cuenta diferentes licencias y permisos. Y, de nuevo, estos costes variarán dependiendo tanto de la actividad profesional como de la residencia fiscal de la nueva compañía.
Como queda claro, por lo tanto, los costes legales y administrativos de creación de empresa son altamente variables. Razón de más para tenerlos bien ligados y así evitar sorpresas cuando te encuentres en medio de los trámites de constitución.
Costes asociados a la creación de empresa
Considerar que, a la hora de crear una nueva empresa, solo vas a tener que hacer frente a los costes legales y administrativos es un error. Al fin y al cabo, existen todo un conjunto de gastos asociados que deberás tener en cuenta:
- Plan de negocios. El plan de negocios es algo que puedes hacer tú mismo si tienes conocimientos sobre el tema y si la empresa que quieres montar no es demasiado compleja. Si no es así, deberás tener en cuenta la tarifa de un consultor de negocios que realice un plan profesional que parta del análisis e investigación del mercado y que tenga en cuenta a competidores, regulaciones, requerimientos legales y muchos otros factores.
- Estudio de mercado. Antes de crear cualquier tipo de empresa, es aconsejable realizar un estudio que te ofrezca una panorámica del mercado en el que quieres introducirte profesionalmente. El coste de este tipo de trabajo dependerá de la complejidad del mismo, pero este documento siempre deberá tener en cuenta el público objetivo de tu negocio, los competidores y los precios, entre muchos otros factores.
- Alquiler o compra de oficina. Si la empresa que vas a crear necesita disponer de una oficina o de un espacio comercial (tienda, almacén, etc.), deberás añadir a tus costes de creación empresarial el alquiler o compra de estos espacios. Y a ellos habrás de sumar el coste extra de mobiliario y equipamiento.
- Infraestructura tecnológica. De nuevo, dependiendo de la naturaleza de tu nueva empresa, será necesario que tengas en cuenta costes asociados para la compra o alquiler de cierta infraestructura tecnológica que puede incluir gastos como servidores, programas informáticos, equipo técnico y similares.
- Marketing y publicidad. De nada sirve crear una empresa si nadie la conoce. Por eso mismo será necesario que tengas en cuenta una mínima inversión en branding, publicidad y marketing.
¿Qué ayudas y subvenciones para crear un negocio existen en España?
¿Te asustan los costes de creación de empresa y todavía no has empezado? No te preocupes, porque debes saber que en España existen múltiples ayudas y subvenciones de las que puedes beneficiarte.
Aquí tienes una lista con algunas que pueden ser de mucha ayuda si estás planteándote emprender:
- Ayudas del Programa de Promoción del Empleo Autónomo, destinadas a fomentar la creación de empleo autónomo. Puede ser solicitada tanto por personas en desempleo como personas empleadas que vayan a iniciar una actividad profesional por cuenta propia.
- Ayudas del Programa de Fomento del Emprendimiento Social, destinadas a incentivar la creación de empresas que tengan como finalidad la mejoría del bienestar social y medioambiental.
- Subvenciones del Programa de Innovación y Desarrollo Empresarial, destinadas a estimular la creación de proyectos de innovación, desarrollo tecnológico, internacionalización y competitividad. Están enfocadas a pymes, sobre todo.
- Subvenciones para la contratación de personas desempleadas, destinadas a la ayuda de empresas que contraten a personas en desempleo. Estas subvenciones son repartidas por proyectos como el Programa de Incentivos a la Contratación de Jóvenes, el Programa de Incentivos a la Contratación Indefinida o el Programa de Incentivos a la Contratación de Personas Mayores de 45 años.
- Ayudas para la financiación de startups, destinadas a fomentar la creación de startups y empresas de base tecnológica. Entre ellas destacan el Programa NEOTEC, el Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea y otros similares.
- Subvenciones para la internacionalización, destinadas a aquellas empresas interesadas en una expansión hacia mercados internacionales. Son ofrecidas por organismos como el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) o el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, entre otros.
Las condiciones y requerimientos de estas ayudas pueden variar de un año a otro, por lo que es recomendable consultar sus convocatorias y programas vigentes antes de solicitarlas. Lo primero, por lo tanto, será cerciorarte de que tu proyecto empresarial es susceptible de recibir algunas de estas ayudas. Si lo es, ya tendrás andado parte de tu camino de emprendimiento.
¿Cómo definir el presupuesto para abrir un negocio?
Antes de asentar cualquier tipo de presupuesto para la creación de una nueva empresa, es estrictamente necesario realizar un análisis pormenorizado de diferentes aspectos a tener en cuenta. A continuación tienes una lista con factores a analizar ante de presupuestar:
- Plan de negocios. Este documento te ayudará a definir los costes relativos a la creación y puesta en marcha de tu nuevo negocio. En este plan deben considerarse los costes iniciales de una empresa, tal y como la adquisición de activos fijos (en el caso de que sean necesarios), el registro en los estamentos adecuados, los costes legales y administrativos y, si se requiere, la inversión en promoción y marketing.
- Estructura legal de la empresa. ¿Qué forma legal va a tener tu nuevo negocio? Puede ser una sociedad limitada, una sociedad anónima o puedes emprender como autónomo. Cada forma legal tiene sus propias implicaciones en lo que concierne a costes operativos, capital social, costos iniciales, registro, impuestos, etc. Así que el presupuesto se verá directamente impactado por esta elección.
- Espacio físico. ¿Necesitas un local para desempeñar tu actividad? Entonces, deberás sumar a tu presupuesto costes como el alquiler o compra del espacio físico, además de los gastos de adecuación (en el caso de que sean necesarios) y mantenimiento.
- Impuestos y licencias. Tu presupuesto debe tener en consideración todos aquellos impuestos y licencias que tu negocio vaya a necesitar para poder operar de forma legal. Aquí entran desde la renta a los impuestos locales, pasando por otros conceptos como el IVA (Impuesto al Valor Añadido), las tasas municipales o cualquier otro tipo de licencia específica para tu empresa.
- Personal y recursos humanos. ¿Tu estructura empresarial necesita socios y empleados? De ser así, el presupuesto deberá tener en cuenta conceptos como los salarios, las cotizaciones sociales, el reclutamiento o la formación de la plantilla. Si tu estructura es compleja, también será necesario que consideres la opción de invertir en recursos humanos con los que optimizar tu fuerza de trabajo.
- Materias primas y suministros. ¿Tu actividad profesional se centra en la producción de bienes o servicios? Es probable que entonces debas reservar una parte del presupuesto para las materias primas y los suministros que necesitarás para la producción. Este coste, además, trae pareja una inversión en almacenamiento y logística.
- Tecnología y equipos. Ordenadores, software, maquinaria, herramientas… La tecnología y equipos necesarios para desarrollar la actividad empresarial deben ser considerados correctamente en el presupuesto.
- Contingencias y reservas. Por último, no olvides que pueden surgir todo un conjunto de imprevistos, fluctuaciones en el mercado e incluso emergencias empresariales que tendrás que afrontar, así que es necesario reservar una partida de tu presupuesto para este tipo de contingencias y reservas.
¿Te parece que todos estos factores complejizan en exceso la tarea de realizar un presupuesto para la empresa que quieres creer? No te desalientes, porque siempre puedes recurrir a un contable, abogado o asesor financiero para que te ayuden en esta tarea que es de vital importancia para el futuro de tu nuevo negocio.
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Unas recomendaciones finales para emprendedores…
Puede que, después de todo lo expuesto en este artículo, ya te sientas con fuerzas para lanzarte a emprender. Aun así, aquí van una serie de recomendaciones finales que deberías tener en cuenta antes de animarte a crear tu propia empresa:
1. Investiga y planifica. Un negocio creado sin investigación y planificación previas está abocado al fracaso. Antes de dar los primeros pasos, todo emprendedor debe haber investigado el mercado al que quiere dirigirse, analizado la competencia, empapado de requisitos y regulaciones legales y pensado y repensado todos los aspectos financieros y operativos de su nueva empresa. Toda esta investigación previa debe volcarse, a su vez, en el plan de negocios.
2. No te precipites a la hora de elegir la estructura legal de tu nuevo negocio. Siempre puedes rectificar, obviamente; pero operar en una forma legal que no se ajusta a las necesidades de tu empresa puede conllevar unos sobrecostes nada deseables en las primeras etapas del emprendimiento. Si no lo ves claro, recurre a un abogado o contable para que te asesoren.
3. Empápate de los requisitos y regulaciones de la forma legal que hayas elegido. De nuevo, el desconocimiento de los requisitos de tu empresa en materia de registros comerciales, licencias, permisos, regulación fiscal y otras obligaciones te puede salir caro. Evita problemas legales y financieros informándote a este respecto.
4. Planifica la mejor gestión financiera posible. Una gestión optimizada y eficaz es la clave para el éxito de toda nueva empresa. Investiga hasta dar con el sistema de contabilidad más adecuado para tu negocio, realiza un control férreo de ingresos y gastos y, en general, controla tus finanzas para evitar sorpresas y, sobre todo, para tomar decisiones que te permitan optimizar tus ingresos.
5. Trabaja en tu red de contactos. Nadie triunfa en la más absoluta de las soledades. Esto significa, básicamente, que siempre vas a poder beneficiarte del contacto con otros emprendedores, profesionales de tu mismo sector y, obviamente, clientes potenciales que te ayuden a crear una red en la que intercambiar ideas, consejos y apoyo de todo tipo. ¿No sabes por dónde empezar? Investiga los eventos empresariales de tu localidad, porque siempre son un buen punto de partida.
6. Apuesta por el marketing. El marketing es una herramienta poderosísima a la hora de atraer clientes y dar a conocer a tu negocio. Es necesario que reflexiones sobre cómo te pueden ayudar prácticas como la publicidad, la promoción en redes, las relaciones públicas y similares.
7. Prioriza la calidad y el servicio al cliente. Al fin y al cabo, un cliente satisfecho es la mejor forma de asegurarte tanto su fidelidad como un futuro lleno de otros clientes satisfechos que se verán atraídos hacia tu negocio gracias a una reputación impecable. El boca a boca y las críticas positivas te ayudarán a ganar nuevos clientes.
8. Prepárate para los desafíos. Está claro que el camino del emprendedor está lleno de piedras y trampas… Pero igual de claro está que, si te preparas con antelación, si buscas información y te obligas a ser flexible y a mantener una actitud positiva, encontrarás solución a todos los problemas que se te pongan por delante.