Emprender es un proceso estresante por muchas razones… Pero, en sus primeros pasos, sobre todo por dos motivos. El primero es que, si eres un recién llegado, te enfrentas a todo un conjunto de terminología legal y conceptos empresariales que probablemente desconozcas. Y el segundo, obviamente, es esa sensación de que todo se puede ir al traste si esta falta de conocimiento te hace dar un paso en falso.
¿Qué es exactamente la forma jurídica de una empresa?
Si quieres dominar un concepto, lo primero que tienes que hacer es abordar su definición…
La forma jurídica de una empresa es su denominación legal, que siempre tendrá en cuenta la responsabilidad de sus socios frente a la ley.
Esto significa, básicamente, que la forma jurídica es la modalidad por la que una empresa opta a la hora de desempeñar una actividad empresarial o profesional. Esta forma determinará, a su vez, tanto las obligaciones tributarias de la compañía como las responsabilidades con terceros e incluso su régimen operativo interno.
Tipos de empresas según su forma jurídica
Una vez establecida la definición, es necesario preguntarse: ¿qué formas jurídicas existen? Es necesario considerar tres tipos:
Las formas jurídicas más comunes entre las empresas
¿Existen algunas formas jurídicas que sean más comunes que otras a la hora de crear una nueva empresa? La verdad es que sí, así que veámoslas a continuación.
Empresario individual o autónomo
El empresario individual o autónomo es aquella persona física que desempeña una actividad económica o profesional a título lucrativo y de una manera habitual, personal, directa y por cuenta propia. Puede o no tener empleados a su cargo, lo que significa que no es necesario que los tenga para llevar a cabo su actividad empresarial.
Sociedad Limitada (SL) o Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL)
La Sociedad Limitada, también conocida como Sociedad de Responsabilidad Limitada, es una sociedad mercantil que ostenta personalidad jurídica propia y que puede contar con un único socio o con más de uno. Es una de las formas jurídicas más comunes.
Sociedad Anónima (SA)
La Sociedad Anónima es una sociedad mercantil en la que el capital social, integrado por aportaciones de los socios, se fracciona en acciones. Un rasgo interesante de la SA es que estas acciones se pueden trasmitir de forma libre.
Sociedad Cooperativa (S. Coop.)
La Sociedad Cooperativa es una forma jurídica en la que varias personas se asocian de forma libre y voluntaria para desempeñar actividades empresariales que satisfagan sus necesidades y aspiraciones tanto en un plano económico como social. Su estructura y su gestión son plenamente democráticos.
Sociedad Civil (SC)
La Sociedad Civil es aquella en la que dos personas (o más) se agrupan en una única forma jurídica. Pueden hacerlo mediante un contrato de colaboración o comprando un NIF societario (aunque esta segunda opción requiere de la intervención de un notario). La idea es que ambas partes pongan un capital común con el objetivo de repartir los beneficios obtenidos.
Otros tipos de entidad jurídica
¿Significa esto que solo tienes estas opciones a la hora de constituir una empresa? Ni mucho menos. Puede que, dependiendo de las necesidades de tu nuevo negocio, este se ajuste mucho mejor a alguna de las siguientes formas jurídicas.
- Comunidad de Bienes. Suele ser la asociación entre dos o más autónomos que comparten un derecho o bien. No necesita capital mínimo inicial y los socios son responsables directos de la posible deuda del negocio.
- Sociedad Colectiva. Esta sociedad agrupa a todo un conjunto de socios que comparten un nombre colectivo. Todos los socios actúan en plena igualdad, por mucho que existan dos tipos de socios: capitalistas (que aportan bienes) e industriales (que aportan servicio, trabajo y/o actividad). En esta forma jurídica, los bienes personales de cada socio no forman parte del patrimonio empresarial, ya que su responsabilidad es subsidaria (lo que significa que responderán con el patrimonio de cada socio cuando se extinga el patrimonio social del negocio).
- Unión Temporal de Empresas. La también conocida como UTE es la unión de diferentes empresas que se agrupan durante un tiempo limitado con el objetivo de optar a obras, contratos u otros proyectos de gran tamaño. Es necesario, eso sí, que quede constancia de esta alianza temporal en el Registro Especial para UTEs.
- Asociación sin ánimo de lucro. Este tipo de asociación se crea en beneficio de terceras personas no implicadas en la empresa, lo que significa que no está pensada para recibir fondos por servicios o trabajos.
¿Qué figura legal elegir para mi empresa?
Llegados a este punto, ya conoces las principales formas jurídicas a las que puedes optar al constituir tu nueva empresa. Pero es probable que sigas teniendo dudas: conoces las posibilidades, ¿pero cuál le conviene más a tu nuevo negocio? Abordemos la gran cuestión.
¿Qué factores tener en cuenta para la constitución de una empresa?
De alguna forma u otra, ya habrás intuido que hay todo un conjunto de factores que se repiten constantemente a la hora de tipificar las diferentes formas jurídicas de las que hemos estado hablando. Así que, si vas a constituir una empresa, es necesario que te preguntes sobre tus necesidades al respecto de cinco factores concretos…
Algunos consejos finales…
Una vez hayas definido todos estos factores, sin embargo, es totalmente comprensible que sigas teniendo alguna duda que otra. Para que las despejes, aquí tienes una buena batería de consejos finales que pueden ayuda a definir la forma jurídica de tu nueva empresa:
- Apuesta por la opción que sea más sencilla y que se adapte mejor a tus posibilidades como nuevo empresario. Si tienes una coyuntura empresarial que avale una forma jurídica grande, ve a por ella. Si no, no te metas en camisa de once varas.
- El sentido común dicta que las sociedades son las formas jurídicas ideales cuando hay más de un socio y que hacerse autónomo es lo mejor para los empresarios unipersonales. Pero hay veces que el contexto justifica saltarse el sentido común.
- Analiza en profundidad las necesidades (legales, técnicas y económicas) de tu negocio para saber qué te conviene más.
- No te desanimes si una forma jurídica implica tributaciones altas. Siempre puedes investigar opciones como las bonificaciones, las deducciones o las ayudas estatales para que te acaben de cuadrar los números.
- No des el primer paso sin haber realizado un análisis en profundidad del funcionamiento administrativo de la forma jurídica que hayas elegido.
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