Cómo superar el miedo al riesgo financiero cuando creas tu propio negocio

En este artículo, analizaremos este obstáculo al espíritu emprendedor y las formas de superarlo. También escucharemos a personas que empezaron su propio negocio, que se enfrentaron al miedo, se arriesgaron y vivieron para contarlo.

Si nunca has creado tu propia empresa, es muy probable que en algún momento hayas pensado en este tema.

Para mucha gente, la idea de dejar un trabajo a tiempo completo y lanzar un nuevo y emocionante proyecto empresarial es muy atractiva. ¿Quién no sonríe con la idea de tener la libertad de «ser su propio jefe» y la perspectiva de ganar mucho dinero con su gran idea?

Y, aún así, son pocos los planes de esta índole que llegan a materializarse. Una de las razones más comunes es el temor al fracaso y, en particular, el miedo a la inestabilidad financiera si las cosas van mal.

El miedo al fracaso empresarial es el principal obstáculo que ven los españoles a la hora de emprender, según indica el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2021-2022. Esta conclusión se repite hace varios años al elaborar este informe.

A nivel internacional se han realizado investigaciones que analizan en mayor profundidad esta preocupación general. Los resultados de un estudio publicados en la Harvard Business Review revelan 7 fuentes de miedo entre los emprendedores que participaron:

• Seguridad financiera.
• Capacidad para financiar la empresa.
• Capacidad personal/autoestima.
• Potencial de la idea.
• Amenazas a la estima social.
• Capacidad de ejecución de la empresa.
• Costes de oportunidad.

De estas preocupaciones que se centran en inquietudes abstractas y/o personales, destacan dos temores concretos: el miedo a la inseguridad financiera y el miedo a no poder financiar la idea de negocio.

No es difícil entender por qué.

¿Cómo se cubren los costes de puesta en marcha de una pequeña empresa? ¿Inviertes tus ahorros? ¿Te arriesgas a pedir un préstamo bancario o a pedir dinero a tus amistades?

Tanto si quieres trabajar de forma autónoma como crear una microempresa, puede que no tengas mucho que pagar en cuanto a los gastos de puesta en marcha, pero ¿qué pasa si tus ingresos con el emprendimiento resultan ser mucho más bajos que tu salario actual?

Empezar un negocio plantea un sinfín de preguntas como estas, problemas que hay que resolver. Por suerte, la resolución de problemas es lo que impulsa a muchos empresarios de éxito -Daniel Ek, de Spotify, habla brevemente de ello aquí-, así que veamos algunos posibles remedios contra el miedo al fracaso financiero.

«Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido».

Tal enfoque metódico es posiblemente el que cabe esperar de Marie Curie, la persona a la que se atribuye la cita anterior.

Si los hechos, los datos y la información sólida son enemigos naturales del miedo, se convierten en armas importantes en tu lucha por superarlo. Cuanto más prepares las bases de tu proyecto, más conozcas tu mercado y con más personas experimentadas hables, menos espacio habrá para que el miedo socave tu idea de negocio.

Si activas tu red de amigos, familiares y contactos profesionales, podrás acceder a su experiencia y conocimientos adquiridos, lo que puede consolidar tu confianza en que la empresa tendrá éxito. Investigar a los actores existentes en el mercado que quieres crear puede ayudarte a evaluar cuánto necesitarás para los gastos de puesta en marcha y de funcionamiento.

Además, cuanto más sólida sea tu prueba de concepto, más fácil será encontrar inversión externa.

Es posible que haya áreas que no domines que deban ser externalizadas. Por ejemplo, puede que no sepas de contabilidad, pero hay profesionales o empresas que puedes contratar. También puedes encontrar soluciones digitales, como Qonto, que te ayuden a mantenerte al tanto de tus obligaciones contables.

Por supuesto, la subcontratación tiene inevitablemente un coste, pero la inversión en estos expertos externos debería dar sus frutos a largo plazo. Esto es especialmente cierto en lo que se refiere a la parte legal; un contable o un abogado pueden costar dinero por adelantado, pero sus consejos y conocimientos pueden ahorrarte mucho más en el futuro. Pueden ayudarte a desenvolverte en el sistema jurídico y fiscal, que para los no iniciados puede ser un campo de minas intimidante en el que perderse.

Una opción si sientes mucha inseguridad es desarrollar tu nuevo negocio como un "proyecto secundario", es decir, ponerlo en marcha mientras mantienes un trabajo a tiempo completo. La ventaja más obvia es la red de seguridad financiera de un salario que te ayuda hasta que estés seguro de que tu negocio va a funcionar. Es en ese momento cuando presentas tu renuncia.

Desarrollar tu negocio como un proyecto paralelo te permite aprender poco a poco cómo va a funcionar e identificar cualquier área problemática. Puedes abrir una cuenta comercial y descubrir lo que necesitas saber sobre contabilidad y administración, por ejemplo. Tienes más margen de maniobra para cometer todos los errores que suelen cometer los nuevos empresarios sin tener que lidiar con la presión financiera. Como dice Susie Moore, autora del libro What If It Does Work Out?: How a Side Hustle Can Change Your Life (¿Y si funciona?: Cómo un negocio paralelo puede cambiar tu vida), «cuando estamos cortos de dinero no tomamos buenas decisiones».

Hacer malabares con un trabajo a jornada completa y un proyecto paralelo también pondrá a prueba tu capacidad para organizar tu tiempo de forma eficiente, lo que es una gran práctica para el día en que te dediques al 100 % a emprender.

Compaginar dos trabajos es legal en España, siempre y cuando no tengas una cláusula de exclusividad en tu contrato que impida que trabajes con otras empresas, propias o ajenas. Consulta aquí lo que dice España sobre los pactos de no competencia.

No siempre es obligatorio informar a la empresa actual de que te encuentras en una situación de pluriempleo, pero para evitar problemas sí deberías plantearte notificar de la situación. Puedes consultar el Estatuto de los Trabajadores, el Convenio Colectivo del momento o las normas internas de la empresa.

Tienes una gran idea y crees firmemente en que funcionará. Pero, ¿cómo vas a conseguir el dinero suficiente para ponerla en marcha?

Financiar por tu cuenta todo el proyecto puede ser una opción atractiva si tienes los recursos necesarios, ya que te da la libertad de dirigir tu negocio como mejor te parezca.

Si no deseas arriesgar todos tus ahorros, invertir parte de tus fondos personales en el proyecto puede ser una buena idea, ya que demuestra a los posibles inversores que confías plenamente en la iniciativa y que ellos no van a cargar con todo el riesgo sobre sus hombros.

Incluso si tienes pocos ahorros para financiar tu proyecto, hay muchas otras vías que puedes explorar para conseguir los fondos que necesitas para empezar:

• Ayudas estatales. En España hay una gran cantidad de programas e iniciativas de ayuda financiera a nivel nacional, regional y local. Llegar a ellos requiere mucha investigación, pero mientras encuentras el que se adapte mejor a tus necesidades, aquí puedes encontrar información sobre incentivos y ayudas.
• Ayudas europeas. La Comisión Europea ofrece una serie de iniciativas destinadas a mejorar el acceso de las pymes a la financiación y los mercados. En el portal de acceso a la financiación de la UE, encontrarás una lista completa de agencias y organizaciones que ofrecen préstamos, garantías y financiación de capital.
• Incubadoras y aceleradoras locales. Las incubadoras y aceleradoras no sólo proporcionan ayuda para encontrar recursos, sino que también son útiles para entablar relaciones con mentores, inversores y otras startups locales. En este artículo puedes encontrar una selección de las más importantes a nivel nacional, pero también deberías ver las que hay en tu comunidad autónoma.
• Préstamos bancarios. Siempre hay que buscar los tipos de interés más atractivos. También hay alternativas a los bancos tradicionales, incluyendo soluciones online.
• Préstamos de familiares o amigos. Este es un camino que han elegido personas como Jeff Bezos, Elon Musk y Donald Trump. Estas relaciones comerciales pueden tener un nivel extra de confianza y entendimiento mutuo incorporado. De todas formas, es aconsejable tratar la inversión de alguien que conoces igual que lo harías con un desconocido, con un contrato que establezca el acuerdo.
• Crowdfunding. Se trata de una forma barata de conseguir capital y con la ventaja añadida de crear una comunidad de clientes potenciales en torno a tu producto o servicio. El crowdfunding puede permitirte empezar a hacer ruido y correr la voz desde el inicio de tu proyecto.
• Socios. Puedes compartir el riesgo financiero combinando tus puntos fuertes con los de una empresa asociada del mismo sector. El acuerdo mutuo puede ser relativamente flexible, ya que no es necesario crear una nueva entidad empresarial. La creación de una empresa conjunta permite a dos (o más) empresas poner en común sus recursos y compensar los puntos débiles de la otra.
• Angel investors/Venture capital. Los segundos tienden a invertir en empresas consolidadas, mientras que los primeros son una fuente de financiación más probable para las empresas en sus inicios. Además de apotar financiación, son una valiosa fuente de tutoría, experiencia empresarial y oportunidades de establecer contactos.

Sin embargo, antes de explorar cualquiera de las vías de financiación mencionadas, hay una cosa que sin duda necesitarás: un plan de negocio sólido.

Crear una empresa sin un plan de negocio es como adentrarse en el desierto sin un mapa, una brújula o un GPS. Es posible que funcione, pero las estadísticas juegan en tu contra.

Un buen plan de negocio demostrará a los posibles inversores -ya sean familiares, bancos, sociedades de capital de riesgo, angel investors o cualquier otra persona- porqué deberían financiarte tu idea de negocio. Para que inviertan con sensatez, necesitarán saber cuánto dinero necesitas, de qué forma planeas gastarlo y cómo vas a rentabilizar su inversión.

Encontrarás un montón de plantillas ya preparadas en internet, aunque ten cuidado con hacer algo demasiado genérico. Tu plan de empresa debe reflejar tu negocio y tu mercado, y a la vez incluir:

• un resumen ejecutivo;
• una descripción de tu producto o servicio;
• un análisis del mercado;
• una estrategia de marketing;
• previsiones financieras.

El miedo a lo desconocido es normal y saludable, y puede vencerse con investigación, planificación y esfuerzo. Si se aprovecha adecuadamente, el miedo puede ser uno de los factores de motivación más poderosos para quienes quieren emprender.

Si crees en tu idea y tienes datos que la respalden, hay muchas fuentes de financiación a las que puedes recurrir.

Finalmente, con la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece el proceso para lanzar tu emprendimiento es más fácil, rápido y económico. La normativa establece un marco jurídico más ágil y flexible, alineado con los países más avanzados de Europa. Esta disminución en los tiempos de creación de una sociedad se debe principalmente a que las soluciones digitales pueden formar parte del procedimiento.

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