La transferencia bancaria es uno de los métodos de pago más habituales… Pero, ojo, porque no todas son iguales. Y, de hecho, que una transferencia sea de un tipo u otro puede acabar repercutiendo en el propio proceso de la operación y afectando al día a día de tus finanzas.
¿Qué tipos de transferencias bancarias existen y cuánto tardan?
¿Qué es exactamente una transferencia bancaria?
Para evitar ambigüedades y medias tintas, lo mejor es empezar por la información básica y atacar a la definición de este concepto…
Una transferencia es una operación bancaria en la que un emisor envía dinero desde una cuenta de su propiedad hacia la cuenta de un destinatario o beneficiario que puede encontrarse en territorio nacional o internacional.
Una de las mayores confusiones a este respecto, sin embargo, surge al considerar que transferencia y traspaso es exactamente lo mismo. Pero no. Ni mucho menos. La principal diferencia es que una transferencia se realiza entre dos cuentas con dueños diferentes (es decir: emisor y receptor son personas diferentes), mientras que un traspaso es el envío de dinero entre cuentas de un mismo dueño (por lo que hay emisor y destinatario son la misma persona).
¿Cuáles son los diferentes tipos de transferencias bancarias?
Las transferencias suelen catalogarse en base a tres conceptos: área geográfica, plazo y periodicidad. Veámoslos en profundidad.
Según área geográfica: nacional, SEPA o SWIFT
Si consideramos las transferencias bancarias según el área geográfica (tanto el país de origen como el país de destino), podemos dividirlas en tres tipos:
- Transferencias nacionales. Son las operaciones en las que las cuentas tanto del emisor como del beneficiario se encuentran dentro del territorio español. Suelen ser gratis (aunque, en ocasiones, sobre todo cuando superan cantidades elevadas como los 50 000 euros, pueden ser gravadas con comisiones).
- Transferencias internacionales SEPA. Son las operaciones en las que emisor y receptor se encuentran en diferentes países dentro de la zona SEPA (Zona Única de Pagos en Euros), compuesta por un total de 36 países. Siempre se realizan en euros como moneda común y, dependiendo del banco, se puede cobrar comisión o no. Una transferencia con la que enviar fondos desde España a Italia, por ejemplo, se considera dentro de la zona SEPA.
- Transferencias internacionales (SWIFT) en otras divisas (diferentes al euro). Son las operaciones en las que una de las dos partes se encuentra dentro de la zona SEPA y otra no. El ejemplo más habitual es de las transferencias entre España y Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que, debido a su naturaleza, este tipo de operaciones sí que suelen tener comisiones adicionales para el emisor.
Según periodicidad: puntual o periódica
Si alguna vez has realizado una transferencia, seguro que tu banco te ha preguntado si quieres hacerla puntual o periódica. Esto es precisamente la periodicidad, un factor que diferencia dos tipos de operaciones:
- Transferencias puntuales. Son las operaciones ejecutadas por el banco en el mismo instante de ser recibidas.
- Transferencias periódicas o automáticas. Son las operaciones programadas por el emisor para que se ejecuten en un día concreto o para que se repita con una periodicidad concreta (semanal, mensual, etc.).
Según plazo: ordinaria, inmediata o urgente
Si atendemos al plazo en el que la operación se hace efectiva, podemos hablar de un total de tres tipos diferentes de transferencias bancarias:
- Transferencias ordinarias. Son las operaciones habituales, que suelen ser ejecutadas en un plazo de tiempo entre un día (en el caso de las nacionales y SEPA) y cinco días hábiles (para las internacionales).
- Transferencias inmediatas. Hay bancos que ofrecen transferencias inmediatas en la zona SEPA: una modalidad que a veces tiene una comisión adicional pero que asegura que la operación se ejecuta en tan solo 10 segundos.
- Transferencias urgentes. Son operaciones bancarias ejecutadas a través del Banco de España y que aseguran al emisor que el dinero será transferido en cuestión de horas. Las comisiones, eso sí, siempre serán mayores.
¿Cómo hacer el pago de una transferencia correctamente?
Antes de nada, debes tener en cuenta que un mínimo de información que necesitas para hacer cualquier tipo de transferencia. En total, tres datos:
- Nombre del beneficiario.
- Número de cuenta (IBAN) a la que enviarás los fondos.
- Concepto (es decir: el motivo de la operación).
Una vez tengas todos estos datos en tu poder, es el momento de decidir cómo vas a enviar tu transferencia. Tienes tres opciones:
1. Operativa online. Si tu entidad bancaria te permite operar a través de internet, estás de enhorabuena: las transferencias online son las más fáciles de realizar. Solo necesitas tener los credenciales del destinatario, entrar en el área de cliente de tu banco, introducir todos los datos pertinentes (sobre todo, el importe de la transacción y el número de cuenta correcto de ambas partes) y seguir las instrucciones para realizar correctamente la operación.
¿Cuánto tarda en llegar una transferencia?
Ahora que ya conoces todos los tipos de transferencias bancarias que existen, probablemente te estés preguntando cuánto tardan en hacerse efectivas. Porque, como ya ha quedado claro, este plazo no es fijo y varía según la naturaleza de la operación que realices.
- Los traspasos (entre cuentas de un mismo titular) se hacen efectivos de forma inmediata.
- Las transferencias ordinarias suelen hacerse efectivas en un día hábil.
- Las transferencias nacionales urgentes (realizadas a través del Banco de España) se hacen efectivas en el mismo día en el que se emiten.
- Las transferencias SEPA ordinarias se hacen efectivas en un día hábil.
- Las transferencias SEPA inmediatas se hacen efectivas al instante (en un máximo de 10 segundos si no hay ningún tipo de eventualidad).
- Las transferencias internacionales (SWIFT) tardan entre 2 y 5 días en hacerse efectivas.
Transacciones alternativas a la transferencia bancaria
Puede, sin embargo, que llegados al final de este artículo, hayas decidido que la transferencia no es el método de pago que mejor se ajusta a tus necesidades. Pero, entonces, ¿existen alternativas realmente solventes? De nuevo, todo dependerá de las necesidades de tu propia empresa.
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