El problema en este caso no es dejar de emprender, ¡ni muchísimo menos! Es conocer el ecosistema en el que nos vamos a desenvolver para poder llevar nuestra idea al máximo nivel. Para ello debemos ser conscientes de que no todo es trabajo; el trabajo es el punto central sobre el cual se fundamenta todo proyecto, pero, sin un mínimo de conocimiento y capacidad analítica, no sabremos identificar nuestras debilidades para poder afrontarlas y evitar problemas futuros.
Tener un bar no es solo servir copas, por muy buenas que estas estén.
Una idea buena no vale por sí misma si no contamos con los factores externos que puedan desestabilizar nuestro negocio; y no solo eso, también hay que saber reconocerlos.
Habrá quién pueda pensar que esto es una tontería y que cualquiera que tiene un negocio es consciente de las dificultades que pueden presentársele en el día a día. Quizás nos niebla la vista la vocecilla ególatra que nos dice: «Yo de lo mío sé más que nadie» Seguramente así sea, pero ese también puede ser el primer problema a la hora de saber identificar nuestras debilidades.
Leyéndome puede parecer que emprender es más parecido a un deporte de riesgo que a darle forma a un proyecto. Si así lo crees vuelve a empezar. Lo que no quiero es que eches toda la carne en el asador sin tan siquiera haber encendido el fuego.
Y es que a la hora de abrir una empresa siempre hay quien invierte todos sus ahorros (y algún préstamo) en ejecutar su idea por puro convencimiento o ilusión y, en el ámbito empresarial, la cordura pesa más que los sentimientos en la balanza. Poca gente se ha hecho rica de la noche a la mañana y, del mismo modo, no es responsable jugárnoslo todo a una carta.
Primero hay que entender que fracasar es un riesgo a la hora de emprender y segundo que no es una vergüenza fracasar. Pero no es lo mismo invertir los ahorros de nuestra vida, que 500 euros. Debemos tener unas bases para saber identificar cuándo el negocio no será viable y centrarnos en puntos que, aunque parezcan menos importantes, es más probable que nos pueda hacer fracasar en un futuro por no haberlo comprobado.