Desde el 1 de febrero de 2014 entró en vigor en España (y en toda la Unión Europea) el área SEPA (Single Euro Payment Area, o zona única de pagos en euros). De este modo, cualquier ciudadano europeo puede abrirse una cuenta bancaria en cualquier Estado de la Unión. De este modo, el tradicional código de cuenta cliente (CCC) fue sustituido por el IBAN. Este número deberá ser proporcionado para todo tipo de operación financiera, como cobros, transferencias o cargos bancarios.
¿Qué es el IBAN?
Desde ese preciso momento, el código International Bank Account Number (IBAN) actúa como el nuevo número identificador de todo tipo de cuenta bancaria. Se diferencia claramente del antiguo CCC en que se han añadido dos letras y dos cifras a los tradicionales 20 dígitos de la cuenta. Ambos se encargan de marcar el país de procedencia. Así, para España, se utilizan las letras ES, seguidas de otros dos números: el Business Identifier Code (BIC). En cualquier caso, el código IBAN se utilizará en todo tipo de movimiento bancario: transferencias, recibos domiciliados o pagos con tarjeta.
Obtención del IBAN
El IBAN aparece directamente en todos los extractos bancarios, al igual que en las apps y webs de cualquier entidad bancaria. No obstante, si así se desea, se puede solicitar directamente en la propia oficina, el cual será entregado de forma automática. Asimismo, en su momento, todas las entidades enviaron correspondencia al respecto sobre la nueva numeración de las cuentas. Los propios bancos suelen poner igualmente a disposición de sus clientes convertidores automáticos en sus páginas, para calcular directamente el IBAN. En el caso español, se podrá identificar porque siempre empezará con ES. Los dos siguientes números (o dígitos de control) son fruto de añadir 142800 al número de cuenta dividido por 97 y restado por 98.
¿Qué es el BIC?
Por su parte, se habla de código BIC cuando nos referimos a un banco destino de una transferencia. Se encarga de completar la información aportada por el código IBAN. Se puede presentar con 8 caracteres o con 11. En el caso primero, se incluye información acerca de la entidad, el país de origen y la localidad. Con respecto al de 11 caracteres, se añaden tres caracteres extra, con información relativa a la oficina. Al BIC también se lo conoce como SWIFT (Society for World Interbank Financial Telecommunication), por sus siglas en inglés. Se creó con el fin de que las transferencias intracomunitarias fuesen sometidas a idénticas comisiones que las nacionales.
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Beneficios y ventajas del SEPA
Una de las principales ventajas del área SEPA reside en que todas las operaciones bancarias entre dos cuentas SEPA diferentes, con su IBAN correspondiente, actúan como transferencias intracomunitarias, con independencia del país de origen. Esto conlleva unas tarifas más económicas, sobre todo en comparación a cuando se debía realizar una transferencia a un país extranjero. Asimismo, la SEPA ofrece también una mayor protección, seguridad y agilidad a los clientes a la hora de transferir dinero a través de la banca online, por ejemplo. Además, aparte de, por ejemplo, los servicios de reducción de gastos en los pagos transfronterizos en tarjetas o transferencias, permite centralizar en una sola cuenta bancaria todo tipo de operaciones en euros.
Adaptación de las tarjetas al SEPA
Con respecto a las tarjetas (tanto de crédito como de débito), se implanta el denominado sistema EMV. Además, la antigua banda magnética es sustituida por un chip, de modo que la tradicional firma se sustituye por un PIN. España ha ido adaptándose de forma gradual a estos cambios desde 2014 hasta ahora. No en vano, el sistema SEPA Card Framework, o SCF, funciona en la actualidad en todos los cajeros de cada entidad española. Además, los diferentes terminales de puntos de venta (TPV) (herramienta de recepción de datos de pago en comercios para clientes) están completamente adaptados. Así, prácticamente más del 92 % de tarjetas ya se encuentran dotadas con chip electrónico.
Pero ¿qué es exactamente la SEPA?
Se creó como respuesta a la normativa europea 260/2012, donde se establece tanto el IBAN como el BIC para todo tipo de operaciones bancarias. Así, dentro del área SEPA, conformada por los 28 países de la Unión Europea (más Liechtenstein, Islandia, Noruega, Mónaco y Suiza), existen unas normas comunes destinadas a eliminar barreras en pagos internacionales. Esto significa que se puede operar desde cualquier lugar de esta parte del mundo sin necesidad de disponer de una cuenta abierta en el país que se vaya a cobrar.
¿Cómo ver los códigos IBAN y BIC?
En la mayoría de las webs bancarias, dentro del epígrafe de "Saldos y consultas", dentro de "Detalles de las cuentas", se puede conocer al instante el código BIC. Se puede consultar igualmente el IBAN. Se suele, además, especificar como "IBAN para operaciones europeas". Recuerda que siempre empezará por ES y dos cifras más. Deberás conocer ambos códigos, ya que te serán requeridos, siempre que vayas a realizar una operación internacional y el segundo en los movimientos de carácter nacional, pues en todos los cobros (transferencias, ingreso de nómina o devolución de la renta) se requerirá el IBAN, en sustitución del antiguo código de cuenta cliente o CCC.