¿Cuántos impuestos se pagan en España?

No descubrimos América si decimos que los impuestos son un pilar de cualquier economía y nuestro país no es una excepción. Por eso, para toda empresa o autónomo es vital entender cuántos impuestos se pagan en España y cómo se estructura el sistema fiscal nacional. Sobre todo, para cumplir sus obligaciones y hacer una planificación financiera eficaz. Con ese objetivo, en estas líneas detallamos los tributos que existen actualmente y cómo afectan a empresas y negocios. Además, analizamos el impacto de las políticas fiscales y los presupuestos generales del Estado en la carga impositiva y lo comparamos con el peso que tiene en otros países.

Antes de nada, definamos qué es un tributo o impuesto. Según la RAE, “es una obligación dineraria establecida por ley, cuyo importe se destina al sostenimiento de las cargas públicas”. Así mismo, en España, los impuestos se dividen en dos grandes categorías: impuestos directos e impuestos indirectos, cada cual con sus características y objetivos.

Por un lado, los impuestos directos son los que gravan directamente la renta y el patrimonio de personas y empresas. Entre los más importantes se encuentran el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre Sociedades.

El IRPF es un tributo progresivo que se aplica a los ingresos obtenidos por las personas físicas residentes en España. Tiene diferentes tramos y tipos impositivos por los que a mayor ingreso, mayor tipo. De esta forma, asegura una distribución equitativa de la carga tributaria.

Esos ciclos o tramos del IRPF para el año 2024 son:

Ejemplo práctico del IRPF:

Un trabajador con un salario anual de 45 000 euros pagará el 19 % sobre los primeros 12 450 euros, el 24 % sobre los siguientes 7750 euros, el 30 % sobre los siguientes 15 000 euros y el 37 % sobre los restantes 9800 euros. O sea, que el cálculo por cada ciclo sería:

• 12 450 euros x 19 % = 2365.50 euros
• 7750 euros x 24 % = 1860 euros
• 15 000 euros x 30 % = 4500 euros
• 9800 euros x 37 % = 3626 euros

Por lo tanto, el IRPF total sería el resultado de sumar todas esas cantidades. Es decir, el trabajador tendría que pagar 12 351.50 euros anuales. De todas maneras, te recomendamos apoyarte en esta página de glosario sobre IRPF para comprender, calcular y conocerlo todo sobre este tributo.

El Impuesto sobre Sociedades grava los beneficios de las empresas. El tipo general es del 25 %, aunque existen tipos reducidos para pequeñas y medianas empresas (pymes) y para nuevos emprendedores.

Ejemplo práctico del Impuesto sobre Sociedades:

Una pyme que declara un beneficio anual de 200 000 euros estará sujeta a un tipo impositivo del 25 %, teniendo que pagar 50 000 euros.

En este aspecto, para las startups, durante los dos primeros años de actividad, el tipo impositivo puede ser reducido al 15 % como incentivo para la creación de nuevas empresas. De todas formas, aquí puedes saber más sobre qué impuestos paga una empresa en España.

Por otro lado, los impuestos indirectos son aquellos que gravan el consumo de bienes y servicios. En esta categoría, principalmente, en España encontramos el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), aunque hay otros impuestos especiales.

Conocido por todos, el IVA se aplica al valor añadido en cada ciclo o etapa de producción y comercialización de bienes y servicios. En España, existen tres tipos impositivos para el IVA:

• Tipo general (21 %) para la mayoría de bienes y servicios.
• Tipo reducido (10 %) para ciertos alimentos, servicios de hostelería o transporte, entre otros.
• Tipo superreducido (4 %) para productos de primera necesidad como medicamentos, libros, periódicos y alimentos básicos.

A su vez, los impuestos especiales son los que se aplican a productos específicos con el objetivo de desincentivar su consumo y recaudar fondos para el gasto público. Entre los más comunes se encuentran los tributos sobre el alcohol, el tabaco y los carburantes.

En este caso un ejemplo práctico de impuesto especial sería cuando el precio de un litro de gasolina incluye un gravamen especial de 0.50 euros, además del IVA correspondiente.

Además de los impuestos que acabamos de explicar, hay otros tributos que debes considerar tanto si eres un gran empresas como si eres autónomo, microempresa, pyme y startup.

El IBI es un impuesto municipal que grava la propiedad de bienes inmuebles como viviendas, locales comerciales y terrenos. Su importe varía en función del valor catastral y la tasa que aplique cada ayuntamiento.

Ejemplo práctico del IBI: 

Si tienes un local con un valor catastral de 150 000 euros en una ciudad con una tasa del 0.4 %, pagarás 600 euros anuales de IBI.

Este impuesto se aplica a la compraventa de bienes inmuebles y otros activos, así como a ciertos actos jurídicos documentados, como escrituras notariales. A su vez, la tasa depende de cada comunidad autónoma.

Ejemplo práctico de ITP y AJD: 

Si compras una vivienda de segunda mano por 250 000 euros en una comunidad autónoma con una tasa del 6 %, pagarás 15 000 euros de ITP.

Precisamente, como te decíamos en el apartado anterior, en España la carga fiscal cambia significativamente entre comunidades autónomas. La gestión de varios impuestos está cedida a los gobiernos autonómicos, que son quienes fijan sus tipos impositivos y deducciones.

¿Cuál es el resultado? Que la cantidad que pagas puede diferir notablemente dependiendo de tu ubicación geográfica.

De hecho, el IRPF es uno de los impuestos donde más se nota esta diferencia tributaria intracomunitaria. Las comunidades ajustan los tramos y tipos impositivos de este impuesto, lo que genera diferencias considerables en la carga fiscal.

Ejemplo de variaciones en el IRPF:

En Cataluña el tipo marginal máximo del IRPF puede ser del 50%, mientras que en Madrid ronda el 45%. Así que un residente en Cataluña con altos ingresos tributará más que uno en Madrid con los mismos ingresos.

Además del IRPF, otros impuestos también varían entre comunidades autónomas, como por ejemplo:

• ITP y AJD: la tasa aplicable al comprar inmuebles oscila entre el 6% y el 10% según la comunidad.
• Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones: este gravamen puede tener exenciones y bonificaciones importantes en algunas comunidades, mientras que en otras puede ser considerablemente más oneroso.

Aparte, también es importante tener en cuenta el tipo de negocio para saber cuántos impuestos se pagan en España. De hecho, tu carga tributaria está muy condicionada a tu personalidad jurídica: autónomo, pyme, gran empresa…

Los autónomos en España se enfrentan a una carga fiscal que incluye tanto impuestos directos como indirectos, además de las cotizaciones a la Seguridad Social. Estos son los principales impuestos que deben pagar:

1. IRPF: los autónomos deben pagar trimestralmente el IRPF, el cual se calcula en función de los ingresos obtenidos y los gastos deducibles. Ejemplo práctico de IRPF si eres autónomo: tus ingresos brutos son de 40 000 euros en el año y tus gastos deducibles son de 10 000 euros. En ese caso, pagarás IRPF sobre una base imponible de 30 000 euros. Los pagos trimestrales se hacen en función de esta base, ajustándose al final del año con la declaración de la renta.

1. IVA: los trabajadores por cuenta propia también deben declarar y pagar trimestralmente el IVA repercutido en sus ventas y deducido en sus compras. Ejemplo: facturas 10 000 euros en un trimestre con un IVA del 21 % por lo que deberás declarar y pagar 2100 euros de IVA, menos el IVA soportado en tus compras deducibles.

1. Cotizaciones a la Seguridad Social: aparte, los autónomos pagan una cuota mensual a la Seguridad Social que depende de la base de cotización elegida. La mínima en 2024 es de 1050 euros, lo que fija una cuota mínima mensual de unos 289 euros. Ejemplo: cotizando por la base mínima, pagarás 289 euros mensuales. Si optas por una base superior, la cuota aumentará proporcionalmente.

Por su parte, las pymes y startups también tienen que lidiar con tributos comunes para cualquier empresa como con otros específicos de su actividad y estructura.

1. Impuesto sobre Sociedades: es uno de los principales, con un tipo general del 25 %, aunque, como decíamos anteriormente, las nuevas empresas pueden beneficiarse de un tipo reducido del 15 % durante los dos primeros años de actividad. Ejemplo: tu startup obtiene un beneficio de 100 000 euros el primer año, por lo que pagará un 15 % de Impuesto sobre Sociedades, o sea, 15 000 euros. Eso sí, en el tercer año, el tipo será del 25 %, por lo que el pago ascenderá a 25 000 euros.
2. IVA: las pymes y startups deben gestionar este gravamen derivado de sus operaciones declarando y pagando el IVA repercutido en sus ventas y deducido en sus compras.
3. Impuestos locales: además, startups y pymes también deben hacer frente a tributos como el IBI y el IAE (Impuesto de Actividades Económicas) que varían en función de la región y la actividad de la empresa. Ejemplo práctico del IAE: una sociedad ubicada en una gran ciudad con una alta facturación puede estar sujeta al IAE, mientras que una pequeña empresa en una localidad menor puede estar exenta.

Dejando atrás la aclaración sobre los impuestos que se pagan en España, también es importante tratar su impacto. Y es que la política fiscal y los presupuestos generales del Estado juegan un papel clave en la carga impositiva de los contribuyentes. A través de ellos, el gobierno ajusta los tipos, introduce nuevos impuestos, elimina otros y modifica las deducciones y bonificaciones fiscales.

Por un lado, en los últimos años el gobierno ha implementado varias reformas fiscales con el objetivo de aumentar la progresividad del sistema y mejorar la equidad en la recaudación. Algunas de las medidas sonadas han sido:

• Incremento del tipo marginal del IRPF. Se han aumentado los tipos impositivos para las rentas más altas, buscando una mayor contribución de los individuos con mayores ingresos.
• Reducción de impuestos para pymes y autónomos. Se han introducido tipos reducidos para el Impuesto sobre Sociedades para nuevas empresas y reducciones o modificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social para autónomos.
• Nuevos impuestos digitales. Se han introducido impuestos específicos para grandes empresas tecnológicas y plataformas digitales, conocidos como la "Tasa Google".

A su vez, también se lanzan ayudas para la digitalización de todo el tejido empresarial en forma de bonificaciones fiscales o planes como el popular Kit Digital. Incluso, se fomenta la digitalización del sector a través del impulso de la transformación con leyes como la Ley Crea y Crece, la cual ayuda a la transparencia fiscal de los negocios y a su trazabilidad.

Por otro lado, los Presupuestos Generales del Estado para 2024 incluyen varias medidas fiscales que afectan a diferentes sectores. En este aspecto, lo que se tiene en cuenta es la previsión de gasto público que se quiere hacer, así como datos de años anteriores.

No obstante, la situación política actual no ha permitido que se aprueben, por lo que se seguirán los de 2023. De todas maneras, entre las principales que incluía la última propuesta y que, previsiblemente, estarán en los de 2025 encontramos:

• Incremento de las pensiones con un aumento de las contribuciones a la Seguridad Social.
• Inversión en infraestructuras y tecnología incrementando los impuestos sobre el capital y las grandes fortunas.
• Apoyo a la transición energética incentivando las inversiones en energías renovables y penalizando el uso de combustibles fósiles.

Como con las políticas fiscales, en este caso las medidas también tratan de seguir directrices que impulsen un ecosistema empresarial más sostenible, transparente y digital.

De hecho, esas propuestas fiscales y legislativas en España siguen la tendencia marcada en Europa. En este sentido, nuestra carga fiscal se sitúa en un nivel intermedio en comparación con ls media de la Unión Europea. Sin embargo, hay diferencias notables en la estructura y los tipos impositivos con los países más punteros.

En comparación, España tiene una carga impositiva algo elevada, teniendo en cuenta que los ingresos por habitante son más altos en todos los países que aparecen en la tabla. No obstante, hay varios factores influyen en la carga fiscal de un país, entre los que más destacan:

• Estructura económica. La dependencia de diferentes sectores económicos afecta a la base imponible y los tipos impositivos.
• Políticas públicas. Las decisiones políticas sobre gasto público y redistribución de la renta impactan directamente en la estructura fiscal.
• Nivel de cumplimiento. La eficacia en la recaudación de impuestos y la lucha contra el fraude fiscal son determinantes.

Para concluir, la fiscalidad en España es un tema complejo que afecta de forma diferente a autónomos, microempresas, pymes, startups y grandes sociedades. Pero comprender cuántos impuestos se pagan en España y cómo se estructuran es crucial para todas. Sobre todo, de cara a hacer una planificación financiera adecuada y cumplir las obligaciones fiscales. 

Así mismo, a continuación resumimos los principales impuestos que tienen que hacer frente las empresas en España:

1. IRPF: es progresivo y grava la renta de las personas físicas, con tipos impositivos que varían según los ingresos.
2. Impuesto sobre Sociedades: grava los beneficios de las empresas, con un tipo general del 25 % y reducciones para nuevas empresas.
3. IVA: grava el consumo y cada ciclo de la producción de los bienes y servicios. Puede ser general (21 %), reducido (10 %) o superreducido (4 %).
4. Impuestos especiales: gravan productos como alcohol, tabaco y carburantes.
5. IBI: grava la propiedad de bienes inmuebles y es de carácter municipal.
6. ITP y AJD: grava transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, así que se aplica a la compraventa de inmuebles y otros activos.
   
   

Como entenderás, hacer frente a estos tributos es obligatorio y esencial para evitar sanciones y problemas económicos y legales. Para ayudarte, desde Qonto te damos tres consejos para que los gestiones cómoda y correctamente:

1. Planificación fiscal. Haz una planificación fiscal para aprovechar las deducciones y bonificaciones disponibles y minimizar tu carga impositiva.
2. Cumplimiento de obligaciones. Mantente al día con tus obligaciones fiscales y haz las declaraciones y pagos dentro de los plazos.
3. Uso de herramientas financieras. Utiliza herramientas y servicios que automaticen y simplifiquen tu gestión financiera y fiscal.
   
   
   

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