El papeleo asociado a la contabilidad puede acumularse rápidamente en tu despacho: libros de contabilidad, inventario, facturas, informes de gastos y órdenes de compra son solo algunos de los documentos que necesitas para mantener tus números en orden. El problema es que no puedes deshacerte de ellos cuando quieras. La ley obliga a conservar los documentos durante 10 años. Toda una década de papeleo ocupa un espacio considerable y requiere de una muy buena organización y orden interno.
¿Pero hay alguna forma menos antigua y más propia del siglo XXI de gestionar este tipo de documentación? Por supuesto que la hay.
Hoy en día existen soluciones digitales que se encargan de esa organización por ti, basándose en el principio de la digitalización automatizada: convertir algo analógico en algo digital. Gracias a esta tecnología, ya ni siquiera es necesario escribir o firmar a mano algunos documentos. Todo se guarda en una base de datos digital y puedes extraer los papeles necesarios de tus archivos con un par de clics.
Si bien estos documentos digitalizados no tienen el mismo valor probatorio -autoridad legal- que sus versiones en papel, te permitirá tener una visión más rápida de todos ellos y más fácil acceso.
Aun así, hay que garantizar que estos documentos son auténticos y válidos, por lo que hay que tener cuidado a la hora de elegir el software de contabilidad o facturación al que se quiere confiar la documentación. Asegúrate de que la solución que elijas posea las características técnicas (como la firma electrónica, por ejemplo) necesarias para que tu documentación sea fiable y a prueba de fraudes.