Hay ocasiones en las que una empresa, por el motivo que sea, no puede o no quiere afrontar el pago total del Impuesto de Sociedades. Porque está sufriendo impagos, porque necesita el dinero para reinvertir en el negocio y generar ingresos… Sea por lo que sea, si estás considerando los pagos a cuenta de este tributo, necesitas toda la información que encontrarás en esta guía definitiva.
¿Qué son los pagos a cuenta o fraccionados?
Los pagos fraccionados (también conocidos como pagos a cuenta) es una modalidad de pago a la que tienen acceso las empresas a la hora de afrontar determinadas amortizaciones de grandes cantidades de dinero. La idea es, al fin y al cabo, distribuir el importe total a pagar en diferentes cuotas que se abonan en plazos determinados.
Este tipo de mecanismo fiscal es de gran ayuda para los negocios a la hora de gestionar el flujo de efectivo de forma eficaz. Pero es que, además, también ayuda a evitar sorpresas fiscales a finales de año. Sus beneficios son, por lo tanto, múltiples.
Uno de los casos más recurrentes a este respecto es el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades. Aunque hay que tener cuidado, porque este tributo solo puede pagarse a cuenta en circunstancias concretas.
Impuesto de Sociedades: ¿qué es?
El Impuesto de Sociedades (IS) es un tributo directo que grava la renta de las sociedades y otras entidades jurídicas. Se calcula en función de los beneficios netos obtenidos durante el periodo impositivo, lo que significa que cuanto mayor sea el beneficio obtenido por una entidad, mayor será el impuesto a abonar.
Es necesario entender que este tributo grava la totalidad de los beneficios de una sociedad, y esto incluye desde ingresos por ventas y servicios hasta otras actividades económicas (siempre, eso sí, después de haber realizado las deducciones pertinentes y los ajustes permitidos por ley). La tasa impositiva del Impuesto de Sociedades es variable y depende de factores como el tipo de sociedad o la presentación de disposiciones fiscales aplicables a cada caso particular.
Tipos de pagos fraccionados del IS
Hay que tener en cuenta que no todos los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades son iguales. Cada uno de estos tipos tiene sus particularidades y requisitos, aunque todos persiguen un mismo objetivo: aliviar la carga tributaria y evitar grandes desembolsos por sorpresa.
En total, existen tres tipos de pagos fraccionados, cada uno de ellos relacionado con uno de los modelos a presentar ante la Seguridad Social:
- Modelo 202. Es el más común, y consiste en la presentación de una serie de pagos trimestrales calculados a partir de los beneficios estimados del año en curso. Cada tres meses, la empresa calcula cuánto cree que deberá pagar al final del ejercicio y abona una parte proporcional.
- Modelo 220. Solo aplicable en el caso de las sociedades que tributan bajo el régimen de cooperativas. De esta forma, los pagos se ajustarán a las particularidades de este tipo de entidades.
- Modelo 222. Este modelo es específico para grupos de sociedades que optan a la tributación consolidada. Es una herramienta para simplificar la gestión de este tipo de grupos.
Plazos de los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades
Conocer y respetar los plazos los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades es de vital importancia si lo que quieres es evitar sanciones y recargos innecesarios. Hay que tener en cuenta, entonces, que los pagos fraccionados se realizan durante el año fiscal en curso y sirven como una forma de prepago del impuesto a deber en base a los beneficios generados.
Necesitarás realizar la presentación de los pagos a cuenta en tres momentos clave a lo largo del año:
- 20 de abril: primer pago fraccionado.
- 20 de octubre: segundo pago.
- 20 de diciembre: último pago del año.
Estos plazos pueden variar ligeramente dependiendo del calendario fiscal que la Agencia Tributaria establece cada año. Por esto mismo, se recomienda consultar regularmente las actualizaciones y notificaciones oficiales de esta entidad fiscal.
¿Quién está obligado a realizar los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades?
El panorama fiscal español es flexible y complejo, y no todas las empresas están sujetas a la misma carga impositiva ni a las mismas obligaciones. En lo relativo al Impuesto de Sociedades, esto se traduce en una serie de criterios específicos que determinan quién debe cumplir con esta obligación tributaria y quién no.
A grandes rasgos, puede decirse que están obligadas a realizar pagos a cuenta todas las entidades sujetas al IS. Y esto incluye todas las empresas que incluimos en esta tabla:
Tipo de entidad | Obligación de pagar | Condiciones y excepciones |
---|---|---|
Sociedad Anónima (SA) |
Sí |
Todas las SA deben realizar pagos a cuenta, salvo que se encuentren en su primer año de creación o estén inactivas. |
Sociedad Limitada (SL) |
Sí |
Obligadas, a menos que sea el primer año de actividad o no generen beneficios imponibles. |
Sociedad Cooperativa |
Sí |
Deben pagar, pero pueden tener condiciones especiales en función de su régimen cooperativo. |
Asociación y fundación |
Depende |
Solo aquellas que realizan actividades económicas y no están bajo el régimen especial de entidades sin fines lucrativos. |
Nueva empresa |
Sí |
Exentas durante el primer año de su creación. |
Entidad sin ánimo de lucro |
Depende |
Aquellas acogidas a un régimen especial pueden estar exentas o tener condiciones de pago diferenciadas. |
Si tu empresa está obligada a hacer los pagos fraccionados, es importante que lleves un registro preciso de tus beneficios. No olvides calcular el importe adecuado a pagar en cada uno de los plazos estipulados.
¿Cómo calcular el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades?
En un primer vistazo, puede parecer que el cálculo del pago fraccionado del Impuesto de Sociedades es algo complejo y susceptible de errores humanos. Pero, teniendo claros todos los pasos que necesitas dar para hacer un cálculo certero, el proceso hasta llegar a la cantidad final de euros resulta mucho más sencillo.
1. Determina la base imponible. El primer paso consiste en calcular la base imponible, que no es otra cosa que los beneficios antes de impuestos obtenidos hasta la fecha del cálculo. Para hacerlo, solo tienes que aplicar la siguiente fórmula:
Base imponible = Ingresos totales - gastos deducibles y pérdidas
2. Aplica el tipo impositivo. Con la base imponible calculada, aplica el tipo impositivo que corresponda. Los tipos impositivos pueden ser:
- 25 %, el tipo general aplicable a la mayoría de las sociedades.
- 15 %, para empresas de nueva creación (excepto en sectores de construcción, promoción inmobiliaria y actividades financieras) durante los dos primeros períodos impositivos en que se obtengan beneficios.
- 30 %, para entidades dedicadas a la exploración, investigación y explotación de yacimientos de hidrocarburos.
- Tipo reducido, para cooperativas fiscalmente protegidas en determinadas circunstancias.
3. Calcula el pago fraccionado. Para realizar este cálculo, debes aplicar el porcentaje que determine la normativa a la base imponible. Generalmente, este porcentaje suele ser del 17 % o el 18 % de la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades, pero depende de la modalidad o método de cálculo elegido:
- Método de base. Este método calcula el pago fraccionado basándose en los beneficios del periodo actual. Las empresas estiman su base imponible proyectada para el año en curso y aplican un porcentaje fijado por la normativa, generalmente el 17 % o 18 %, para determinar el importe del pago fraccionado.
- Método de cuota. Este método utiliza como base el resultado de la última declaración del Impuesto de Sociedades presentada. Se aplica un porcentaje sobre la cuota íntegra del último IS, ajustado por pagos fraccionados ya realizados y retenciones sufridas, para calcular el pago a cuenta. Este porcentaje también suele ser del 17 % o 18 %. Este método es especialmente útil para empresas con beneficios muy estables, ya que simplifica la estimación del pago.
4. Ajusta las fracciones para no incluir pagos anteriores. En caso de que ya hayas realizado pagos fraccionados en el mismo año fiscal, resta estas cantidades del cálculo actual para evitar pagar de más.
5. Considera las deducciones y bonificaciones. ¿Puedes aplicar alguna deducción o bonificación para la que tu empresa sea elegible y así ahorrarte una buena cantidad de euros? Ten en cuenta posibilidades como los incentivos por inversiones, las actividades de I+D y similares.
Errores comunes al calcular el pago fraccionado
Al calcular el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, evita estos errores comunes:
- Estimaciones inexactas de los beneficios y proyecciones financieras poco realistas.
- Desconocimiento de las deducciones aplicables. Evita omitir las deducciones y bonificaciones fiscales disponibles que pueden ahorrar una buena cantidad de euros.
- Errores en la aplicación de los tipos impositivos. Lo más habitual es usar un tipo impositivo incorrecto o desactualizado.
- No ajustar los pagos anteriores al calcular el nuevo pago.
- Ignorar las fechas límite establecidas para los pagos.
- Falta de coordinación con contables o asesores fiscales.
Consecuencias de no cumplir con los pagos fraccionados
No realizar los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades a tiempo o realizar su declaración de forma errónea puede comportar una serie de consecuencias negativas para las empresas. Es de vital importancia que los responsables de este tipo de gestiones financieras estén al tanto de las posibles repercusiones para evitar problemas fiscales.
Algunas de las posibles consecuencias son:
- Recargos e intereses de demora. Si los pagos fraccionados no se realizan dentro de los plazos establecidos, la Agencia Tributaria puede aplicar recargos e intereses sobre las cantidades adeudadas. Estos costes adicionales pueden incrementar significativamente la carga fiscal de la empresa.
- Sanciones por incumplimiento. Además de los recargos por demora, las entidades pueden enfrentar sanciones por no cumplir con sus obligaciones fiscales. Estas multas varían dependiendo del grado de incumplimiento y pueden tener un impacto considerable en las finanzas de la empresa.
- Inspecciones y revisiones fiscales. Las empresas que no cumplen regularmente con los pagos fraccionados pueden llamar la atención de las autoridades fiscales, lo que puede traducirse en inspecciones más frecuentes o exhaustivas. Estas revisiones pueden ser procesos largos y costosos que consumen recursos valiosos del negocio.
- Daño a la reputación corporativa. El incumplimiento de las obligaciones fiscales puede afectar negativamente la reputación de una empresa. Los socios comerciales, inversores y clientes valoran la fiabilidad y el cumplimiento legal, por lo que las infracciones pueden llevar a una pérdida de confianza y posibles pérdidas de negocio.
- Restricciones en financiación y subvenciones. Las empresas que no están al día con sus obligaciones fiscales a menudo encuentran dificultades para acceder a financiación externa o para calificar para subvenciones y ayudas públicas. Los bancos y otras instituciones financieras consideran el cumplimiento fiscal como un indicador de la salud financiera de una empresa.
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