Puede sonar a básico entre los básicos pero, más que probablemente, una de las técnicas más efectivas a la hora de reducir la cantidad de impuestos que pagas como empresa o autónomo es asegurarte de que todos tus ingresos estén completamente regularizados y declarados. ¿Suena contraproducente porque existe la creencia general de que es mejor evitar ciertas declaraciones? Puede ser, pero esta es una creencia bastante equivocada.
Al fin y al cabo, regularizar tus ingresos te permite maximizar el uso de las deducciones fiscales permitidas por la ley. Al declarar todos tus ingresos, tienes la oportunidad de deducir gastos legítimos asociados a tu actividad económica que, de otra manera, no podrías justificar.
Pongamos como ejemplo que eres autónomo y registras adecuadamente todos tus ingresos. Esto significa que puedes deducir más eficazmente tus gastos en materiales, viajes y otros conceptos directamente relacionados con tu negocio. Esto no solo reduce tu base imponible, sino también la cantidad total de impuestos que debes pagar. Los beneficios en este ejemplo no acaban aquí, ya que resulta que mantener una declaración de ingresos completa y precisa te protege en caso de inspecciones por parte de Hacienda, asegurando así que puedas justificar todos y cada uno de los euros que hayas deducido.
En resumidas cuentas, regularizar tus ingresos mejora tu credibilidad financiera y facilita el acceso a beneficios fiscales adicionales que podrían estar disponibles para optimizar aún más tu carga tributaria.