En la gestión financiera, comprender los gastos fijos de una empresa es fundamental para gozar de salud económica y tomar decisiones acertadas. Así mismo, los gastos fijos son aquellos costes recurrentes que tu empresa debe afrontar regularmente. De hecho, no dependen de tu nivel de actividad o producción ni de tus ventas. No obstante, siendo conscientes de que no todo el mundo conoce este concepto ni sus diferencias con los gastos variables, aprovechamos este artículo para explorarlo en profundidad y con ejemplos.
¿Qué son los gastos fijos?
Los gastos fijos son los costes que una empresa debe cubrir periódicamente para mantener sus operaciones, sin importar la cantidad de productos o servicios que produzca o las ventas que haya logrado. Son desembolsos que, sí o sí, tienes que hacer para llevar a cabo tu actividad económica.
A su vez, estos gastos son constantes en el corto plazo (en muchos casos, son pagos mensuales). Sin ir más lejos, suelen ser los pagos asociados a aspectos como alquileres, salarios de personal fijo, servicios públicos, seguros y otros costos esenciales para el funcionamiento del negocio.
La importancia de entender los gastos fijos para la contabilidad
En Qonto, por experiencia, sabemos de la importancia de los gastos fijos. De hecho, al igual que los variables, son cruciales en la estructura financiera de toda empresa. Conocerlos te permite hacer una mejor planificación y tener mayor control presupuestario, lo que a su vez contribuye a la estabilidad financiera y a una mejor toma de decisiones estratégicas. Identificar y gestionar eficientemente los gastos fijos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso empresarial.
Listado de los principales tipos de gastos fijos de una empresa
Los gastos fijos pueden clasificarse en diferentes categorías según su naturaleza. Aquí hay una lista de algunos de los tipos de gastos fijos más comunes. Más bien, lo que son los gastos fijos obligatorios de casi cualquier negocio:
Tipo de gasto | Descripción |
---|---|
Alquiler |
El coste de alquilar un espacio físico para las operaciones comerciales es un gasto fijo muy significativo. |
Salarios |
El pago de sueldos y beneficios a los empleados es una obligación legal y moral y mantiene al equipo motivado. |
Servicios |
Los pagos por servicios públicos como electricidad, agua, gas, teléfono e internet son gastos fijos obligatorios. |
Mantenimiento |
El mantenimiento de instalaciones, equipos y maquinaria también entra en esta categoría, ya que garantiza un entorno de trabajo seguro y funcional. |
Seguros |
Primas de seguros de responsabilidad civil, seguros de propiedad, seguros de salud para empleados... Protegen los activos y mitigan los riesgos propios del negocio. |
Impuestos |
Este gasto fijo obligatorio incluye impuestos sobre la renta, la propiedad, impuestos a las ventas, etcétera. |
Financiación |
Préstamos, hipotecas u otras formas de financiación son deudas adquiridas para costear operaciones y que debes abonar de manera regular según lo acordado. |
Ejemplos de gastos fijos mensuales y anuales: por servicios, comerciales, por alquiler o transporte, partidas…
De todas formas, para entender mejor qué constituye un gasto fijo y cuáles son los gastos fijos obligatorios de prácticamente todo negocio, estos ejemplos concretos te pueden ser de gran utilidad:
- Alquiler mensual del local comercial, como una nave industrial y una oficina de atención al cliente.
- Salarios y beneficios del personal administrativo que tengas en plantilla.
- Cuotas de leasing de equipos o vehículos de transporte.
- Pagos de un préstamo o hipoteca, por ejemplo, a BBVA, Santander o cualquier otra entidad que te financie operaciones.
- Suscripciones a servicios de software, como puede ser SAP u Oracle.
- Primas de seguros pagadas de forma regular.
- Costes de mantenimiento preventivo de equipos.
Cómo calcular los gastos fijos de una empresa
A su vez, saber calcular los gastos fijos de una empresa es fundamental. El motivo es que te ayuda a establecer un presupuesto realista y a gestionar eficientemente los recursos financieros.
El proceso implica identificar todos los gastos recurrentes que no varían especialmente de un período a otro. Una forma sencilla de calcular los gastos fijos es mediante el siguiente procedimiento, que consta de tres pasos:
- Hacer una lista de todos los gastos recurrentes. Enumera todos los pagos que tu empresa debe realizar de manera regular.
- Sumar los montos mensuales. Calcula la suma total de estos gastos para un período determinado, por lo general, mensual.
- Revisar y ajustar. Revisa regularmente tus gastos fijos y haz ajustes para optimizar tu presupuesto.
¿Y los gastos variables? ¿Dependen de las ventas? ¿Tienes su control?
A diferencia de los fijos, los gastos variables están directamente relacionados con la producción o la actividad comercial. Fluctúan en función del volumen de ventas, la demanda o los cambios en los costes de materias primas. Así mismo, aumentan o disminuyen según los bienes producidos o servicios prestados. Por eso, son más difíciles de controlar.
Posibles gastos variables que aumentan o disminuyen por ventas
- Materias primas y materiales. Dependen de la cantidad de productos fabricados. Por ejemplo, una fábrica de muebles encarecerá sus costes de madera y tela si produce más muebles.
- Mano de obra adicional. Si hay un aumento en la demanda de un producto o servicio y contratas mano de obra adicional, los salarios y beneficios extra son gastos variables, ya que están directamente relacionados con la variación de la demanda.
- Comisiones de ventas. Si un negocio funciona a través de intermediación, conforme crecen las ventas, también lo hacen los costes asociados con las comisiones de los representantes de ventas.
- Costes de transporte y distribución. Para compañías que venden productos físicos, los costos de envío y distribución varían según el volumen de ventas y la distancia de envío. Si aumentan los pedidos o la distancia, también lo hacen los costes de logística y transporte.
- Marketing y publicidad. Las empresas incrementan o reducen su gasto en marketing en función de las ventas, lanzamientos de productos o promociones.
Ahora entenderás que distinguir entre gastos fijos y variables es clave para una gestión financiera eficaz y una planificación estratégica sólida. A su vez, hay estrategias para reducir gastos en una empresa que puedes seguir, así como consejos sobre gestión de gastos empresariales que te ayudarán a optimizar las finanzas de tu negocio.
Gastos operativos y gastos deducibles en un negocio
Además, si hablamos de gastos fijos de una empresa, es crucial que comprendas también otros dos conceptos relevantes a nivel de control financiero: los gastos operativos y los gastos deducibles. Ambos tienen un impacto significativo en la rentabilidad y en la carga fiscal de tu negocio.
Gastos operativos: definición y ejemplos
Los gastos operativos, también llamados gastos operacionales, son los costos necesarios para mantener las operaciones diarias y generar ingresos. Cierto es que no están directamente relacionados con la producción, pero son esenciales para su funcionamiento. Aparte, pueden ser tanto fijos como variables.
Ejemplos comunes varios gastos operativos en un negocio
- Pago de salarios y beneficios de los empleados por su trabajo y producción.
- Alquiler y costes de arrendamientos por el uso de instalaciones y equipo.
- Equipos de oficina y materiales necesarios para la operación diaria, como el papel, la tinta, etc.
- Gastos de marketing y publicidad para promocionar productos o servicios de cualquier tipo.
- Servicios públicos como electricidad, agua o internet.
- Gastos de representación o costos relativos a viajes de negocios y eventos.
Estos son solo algunos ejemplos, pero reflejan cómo los gastos operativos varían dependiendo del tamaño y el volúmen de tu empresa. Por eso, entenderlos y controlarlos es vital para tu salud financiera. Como parte de los costes totales, tienen un impacto directo en la rentabilidad y pueden mejorar tu eficiencia y maximizar tus márgenes de ganancia.
Gastos deducibles en un negocio: definición e importancia
Por su parte, en la mayoría de casos, los gastos operativos son gastos deducibles para empresas, ya que son los que puedes restar de los ingresos totales para fines fiscales. Es decir, deducciones por la actividad del negocio que incluyen desde costes de producción hasta gastos administrativos.
Ejemplos habituales de gastos deducibles en una empresa de cualquier tipo
- Salarios, bonificaciones, beneficios para empleados, etc.
- Pagos por el alquiler de instalaciones comerciales.
- Gastos de suministros y materiales necesarios para la producción de bienes o servicios.
- Intereses de préstamos comerciales.
- Gastos de viaje, representación en traslados y entretenimiento de clientes.
Eso sí, las leyes fiscales varían según la jurisdicción que te corresponda por tu ubicación, tu industria, tu nivel de producción, etcétera. Por eso, consulta a un abogado o asesor fiscal qué gastos generales y concretos son deducibles para ti.
En resumen, comprender y gestionar eficazmente los gastos fijos de una empresa es esencial para disfrutar de una buena salud financiera. Al identificar, calcular y controlar estos costes, conseguirás estabilidad económica. Además, apóyate en las mejores herramientas y busca una solución integral que te ayude con la gestión de tus gastos empresariales. Y para eso te hacemos una última recomendación: explora la página de gestión de gastos de Qonto.