De los diferentes requisitos que reclama Hacienda, el más complicado de justificar es la necesidad de demostrar que los gastos forman parte del ámbito laboral y no del ámbito familiar. Algunos ejemplos serían el uso de la vivienda como lugar de trabajo o el uso del coche particular como vehículo de negocio.
En este caso, habría que detallar qué porcentaje de gasto constituye en relación con el gasto generado por el uso doméstico. Esta práctica se instauró hacer hace algunos años (en 2014, concretamente) como una manera de evitar el fraude fiscal.
Para casos especiales, como el pago de la hipoteca, hay que tener en cuenta que puedes desgravarte el pago de la misma cada mes solo si adquiriste los bienes inmuebles datan de antes del año 2013. Esta regla presenta algunas condiciones, pues se aplica la deducción por inversión en vivienda habitual.
Aunque parezca un poco difícil, lo único que hay que tener presente es que el gasto debe aparecer reflejado siempre con la cantidad exacta en euros (no una estimación) en los libros de cuentas. Y, además, es imprescindible conservar la factura correspondiente a dicho gasto.
Un dato importante es que no podrás deducirte los gastos de tickets y facturas simplificadas, por lo que son desaconsejables. Se aconseja no aumentar los gastos desmesuradamente ya que, en caso de inspección por parte de la Agencia Tributaria, no habrá manera de justificarlos.