Nuestro compromiso ético

La denuncia de prácticas corruptas es el acto de informar sobre actividades poco éticas, ilegales o perjudiciales dentro de una organización, por parte de alguien que está en posición de presenciar dichas actividades de primera mano. Los denunciantes desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la transparencia, la rendición de cuentas y la integridad, especialmente en sectores como el financiero, donde hay mucho en juego debido al impacto en las economías, las empresas y el bienestar financiero de las personas.

En el sector financiero es especialmente importante ya que ayuda a descubrir el fraude, la corrupción, el blanqueo de dinero y otros delitos financieros que no solo podrían perjudicar a los clientes, sino también socavar la confianza pública en las instituciones financieras. Sirve como un sistema de alerta que permite intervenir a tiempo para prevenir o mitigar los daños. Esto es esencial para mantener la estabilidad de los mercados financieros y proteger los intereses de los consumidores.

Los denunciantes pueden ser empleados, contratistas, proveedores o cualquier otra persona que tenga información privilegiada sobre las operaciones de una organización. Suelen ser personas que tienen acceso a información que no está a disposición del público y que están en condiciones de detectar conductas indebidas en una empresa.

Los denunciantes pueden informar sobre: 

- Fraudes financieros y malversación de fondos.

- Infracciones de leyes y reglamentos.

- Riesgos para la salud y la seguridad.

- Corrupción y soborno.

- Daños medioambientales.

- Uso indebido de los activos de la empresa.

- Cualquier otra conducta ilegal o poco ética.

Los mecanismos de protección para los denunciantes están diseñados para evitar represalias, que pueden incluir la pérdida del puesto de trabajo, el descenso de categoría, el acoso o cualquier forma de discriminación. Estas protecciones pueden incluir:

- Anonimato: mantener confidencial la identidad del denunciante.

- Salvaguardias legales: leyes y reglamentos que prohíben explícitamente las represalias contra los denunciantes.

- Servicios de apoyo: apoyo jurídico, psicológico y financiero para los denunciantes que se enfrentan a represalias.

- Compensación: en algunos casos, los denunciantes pueden optar a una compensación, especialmente si su revelación conduce a la recuperación de fondos.

En muchos países, incluidos los de la Unión Europea, se ha reforzado la legislación para proteger mejor a los denunciantes, reconociendo su papel vital en el fomento de la conducta ética y la responsabilidad. Las organizaciones también están estableciendo cada vez más políticas y sistemas integrales de denuncia de irregularidades que animan a los empleados y a otras personas a denunciar irregularidades sin temor a represalias. Estos sistemas no solo protegen a los denunciantes, sino que también señalan el compromiso de una organización con el comportamiento ético y el cumplimiento de las normas legales, lo que es especialmente importante en el sector financiero, sensible a la confianza.

Para que los denunciantes estén protegidos, normalmente deben cumplirse ciertas condiciones, por ejemplo:

- El denunciante debe tener una convicción razonable de que la información revelada es cierta.

- La denuncia debe hacerse de buena fe, sin mala intención.

- El denunciante debe utilizar primero los canales internos de denuncia, si están disponibles y es seguro hacerlo, antes de hacerlo público o acudir a autoridades externas (aunque esta condición puede variar en función de la jurisdicción y las circunstancias específicas).