¿Qué tipos de financiación para empresas son mejores para tu negocio?

Desde una corporación de mil millones de dólares hasta una startup que arranca en un garaje, todas las empresas necesitan asegurar una buena financiación. En este artículo hablaremos de las distintas posibilidades que tienen los negocios.

Más de dos millones de empresas necesitaron financiación en 2022 en nuestro país, según el informe XII Informe sobre «Financiación de la Pyme en España» elaborado por la Confederación Española de Sociedades de Garantía (SGR-CESGAR).

Dirigir un negocio significa tener suficientes recursos financieros para alcanzar los objetivos y seguir desarrollando tu empresa.

¿Cómo puedes elegir entre las opciones de financiación adecuadas para tu empresa? Para tomar cualquier tipo de decisión, lo primero que necesitas es averiguar cuáles están disponibles y, a partir de ahí, determinar cuál se adapta mejor a tu proyecto.

La elaboración de un plan de negocio es la primera etapa de la financiación. Aquí, debes determinar el capital necesario para iniciar la actividad y el capital que necesitarás en el futuro para seguir creciendo. Al determinar cuánto dinero requerirá tu empresa, asegúrate de que sea preciso.

De este modo, en términos generales hay dos tipos:

• Financiación del capital de trabajo: ¿cuánto se requiere para cubrir los costes de producción?
• Financiación del crecimiento: ¿cuánto se necesita para aumentar la producción y abrirte a nuevos mercados?

Determinar la financiación adecuada requerirá que respondas algunas preguntas primero:

• ¿En qué etapa se encuentra tu negocio?
• ¿Cuánto de tu propio dinero puedes invertir en tu empresa?
• ¿Tienes dinero de la empresa disponible para su financiación?
• ¿Necesitas capital externo?
• ¿Será beneficioso traer a un socio para que se una al proyecto?
• ¿Cuál es la relación ideal de deuda y capital social con el modelo de negocio y la fase actual de la empresa?
  
  

Con estas respuestas, tendrás una imagen más amplia de tus necesidades para luego pasar a la siguiente etapa: elegir el tipo de financiación que más le conviene a tu caso en particular.

Empecemos por el principio: hay una diferencia importante entre recursos propios y deuda que hay que entender. Y además, los primeros pueden ser financiados interna o externamente. El tipo de financiación para una empresa depende de la fuente del capital y de la forma en la que este llega al negocio.

• Autofinanciación: en este caso, al tratarse de recursos propios, el acceso al capital suele ser más inmediato y no tiene que ser reembolsado. Puede ser interna o externa.
  • Interna es cuando los fondos de la empresa provienen de la venta de activos, por ejemplo, máquinas, herramientas o equipos de la empresa.
  • Una empresa autofinanciada externamente recibiría capital de inversores externos, por ejemplo, a través de participaciones en la empresa o subsidios que no necesitan ser reembolsados.
• La deuda: describe los compromisos de pago de una empresa, sus pasivos y provisiones. Dicho capital está disponible por un tiempo limitado y debe ser reembolsado.
  
  

Las siguientes opciones de financiación están disponibles para emprendedores:

La deuda son los fondos prestados por una empresa u organización que deben devolverse posteriormente, normalmente con intereses. Por el contrario, el capital social se refiere a los fondos invertidos en una empresa a cambio de una participación. Los préstamos, los bonos y las hipotecas son formas de deuda.

El ratio de fondos propios describe la relación entre la financiación mediante fondos propios y la financiación mediante deuda. Ninguno de los dos tipos es más adecuado que el otro, solo depende de la situación de tu empresa. Una financiación empresarial conservadora establecería un límite del 60 % para el capital ajeno, evitando así deudas y reembolsos elevados en tiempos difíciles.

• Con más capital social, es más probable que tu empresa sea vista con mejores ojos y será más fácil recaudar capital de deuda en condiciones favorables.
• Cuando hay necesidad de aumentar los fondos, se suele recorrer a soluciones como un préstamo bancario. Es importante aprovechar las fases en los que los tipos de interés están bajos e intentar que la rentabilidad financiera sea mayor que los intereses devengados.
  
  

Si al principio no dispones de liquidez suficiente como emprendedor, puede tener sentido buscar autofinanciación. Si no, corres el riesgo de pagar intereses altos al banco al pedir un préstamo.

Hay dos maneras de aumentar tu capital social dentro de tu empresa:

• Retención de ganancias: se utilizan los beneficios generados.
• Reasignaciones/depreciaciones de activos: se libera liquidez a través de la reducción de los activos fijos y circulantes.

El capital proporcionado por inversores o entidades financieras externas y con carácter indefinido se denomina capital propio financiado externamente. Existen diferentes tipos de autofinanciación externa como:

• Bootstrapping: un método de financiación atractivo para aquellos que pueden permitírselo. Consiste en financiar tu startup por tu cuenta. Esto te permite permanecer independiente. Sin embargo, una advertencia pertinente: según la cantidad de dinero que tengas para invertir, es posible que la puesta en marcha no te deje margen para el fracaso.
• Aumento de las aportaciones de los accionistas: tu capital se incrementa a través de nuevas aportaciones de tus accionistas, eso puede incluir también la admisión de nuevos accionistas.
• Emisión de acciones o share issues: las sociedades anónimas aumentan su capital propio mediante la emisión de nuevas acciones.
• Capital privado: inversores privados que adquieren una parte de la empresa y, por tanto, cierto control de la compañía.
• Venture capital o capital riesgo: el capital de riesgo lo proporcionan inversores sin exigir intereses. En su lugar, reciben acciones de la empresa que luego pueden venderse con una ganancia.
• Incubadoras y aceleradoras: se ****recibe apoyo en forma de capital, así como una red de apoyo y el conocimiento de los patrocinadores.
• Business angels: empresarios experimentados que tienen la intención de compartir consejos e invertir dinero en el mundo startup.
• Crowdfunding y crowdinvesting: internet y canales de crowdfunding hacen posible que este tipo de financiación sea cada vez más popular para generar capital. Se trata de obtener dinero a partir de aportaciones económicas de gente anónima que financia la empresa no solo por la promesa de un retorno de la inversión, sino por la creencia en la persona que lidera el proyecto o la compañía en sí. Este tipo de financiación requiere que tengas una idea de negocio ya establecida, y que ofrezcas algún tipo de recompensa a los esfuerzos de los inversores.

Financiarse con deuda garantiza una mayor independencia empresarial porque impide que más inversores tengan voz en el asunto. Por otro lado, el dinero proporcionado está disponible por un período de tiempo limitado y debe devolverse en ese período preestablecido. Dentro de la financiación mediante deuda, existen varias opciones:

• Provisiones: dinero retenido para impuestos, posibles costes judiciales o pensiones, entre otros. Estos fondos están disponibles para la empresa cuando se liberan o surge la necesidad de usarlos.
• Préstamos bancarios: la dificultad con estos es que un banco siempre esperará garantías y está sujeto a reglas estrictas al otorgar créditos. Para que se apruebe tu solicitud de préstamo, necesitarás un modelo de negocio sólido y convincente. Además, la devolución del dinero puede convertirse en una carga enorme, especialmente al principio.
• Programas de financiación estatales: en algunos países hay disponibles subsidios para la creación de empresas. Por lo general, los préstamos promocionales que ofrece el estado tienen tasas de interés favorables, plazos largos y una fase de inicio sin reembolso.
• Amigos y familiares: encontrar el apoyo de amistades y familiares es otra opción deseable. Probablemente no tendrás que pagar intereses y la garantía será menos severa, dado que estos no suelen ser contextos profesionales.
• Factoring: a menudo una buena opción en situaciones urgentes. Las empresas pueden vender cobros pendientes (por ejemplo, facturas) a un tercero a un precio con descuento. Suele ser una solución a corto plazo para aumentar la liquidez de una empresa.
• Confirming: también llamado «factoring inverso» consiste en delegar la gestión de los pagos a proveedores. La entidad financiera adelanta el importe de la factura en cuestión directamente al proveedor, que podrá cobrar esta factura de manera anticipada antes de su fecha de vencimiento.
  
  

Además de estas opciones, hay otras alternativas de financiación mucho más especializadas como el discounting o el forfaiting, entre otras.

Lo único permanente es el cambio. Una buena estrategia de financiación empresarial determina cuánto capital se requiere en cada etapa de un negocio. Al principio o «fase de puesta en marcha», se deben contabilizar los pagos únicos y las inversiones para que la empresa despegue. También tener en cuenta los gastos de funcionamiento de la empresa y los gastos privados de los fundadores. 

Por otro lado, al empezar cualquier proyecto, verás que gastas más de lo que ganas: esto es lo más habitual y esperable. A medida que generes excedentes mensuales, puedes ajustar en consecuencia tu plan de financiación.

Los siguientes indicadores clave te ayudarán a medir el éxito de tu empresa:

• El índice de capital: indica la relación entre el capital social y el capital total de una empresa.
• El flujo de caja: determina la entrada o salida de dinero de una empresa en un determinado período contable.
• El rendimiento del capital: muestra la relación entre las ganancias y el capital social empleado.
• Return on Sales (ROS): indica qué porcentaje de la facturación se queda como beneficio.
• Retorno de la inversión (ROI): calcula la relación entre tus ganancias y lo que has invertido para conseguirlas.
  
  

Tus opciones de financiación son tan variadas como tus ideas para nuevos proyectos y startups. No hay un plan que sirva para todos. Tu estrategia de financiación debe adaptarse a tu modelo de negocio y a la etapa en la que se encuentra este. Considera todas las posibilidades que podrían funcionarte. Tampoco te limites a ceñirte a un solo plan de financiación. Cambia a medida que tu negocio también lo hace y al ritmo en el que evoluciona tu situación. Para asegurar esto, ten una buen control de tus finanzas en todo momento. 

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