¿Conoces la diferencia entre pequeña y mediana empresa?

Esto es una realidad impepinable: las pequeñas y medianas empresas, o más popularmente llamadas pymes, son el núcleo de la economía española. No lo decimos en Qonto, sino que lo dicen los datos oficiales: representan más del 99% del tejido empresarial del país. Así mismo, estas empresas son motores de empleo, innovación y desarrollo económico.

No obstante, existe cierta confusión sobre las diferencias entre una pequeña y mediana empresa y cómo se categorizan. Para disipar dudas, te detallamos las claves que distinguen a ambas, incluidas las micropymes.

El generalizado término pyme agrupa a microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas. De hecho, viene de la primera letra de cada palabra: Pequeñas Y Medianas Empresas, englobando a las ya citadas microempresas. De todas formas, en nuestro glosario el concepto de pyme se desgrana el concepto con mayor profundidad.

La realidad es que estas categorías son esenciales para entender la estructura empresarial de un país y así son reconocidas a nivel europeo. Es más, siguen una clasificación propia.

La Unión Europea fija unos criterios muy claros para determinar cuándo una empresa es micro, pequeña o mediana. Estos principios se basan fundamentalmente en el número de empleados y en el volumen de negocio o facturación anual de cada organización o negocio.

• Microempresas: tienen menos de 10 empleados y una facturación inferior a 2 millones de euros.
• Pequeñas empresas: cuentan con entre 10 y 49 empleados y su facturación es inferior a 10 millones de euros.
• Medianas empresas: tienen entre 50 y 249 empleados y su facturación no supera los 50 millones de euros.

Hay un tercer criterio, que es menos común. Se trata del balance general anual de la empresa, el cual debe estar siempre por debajo de los 43 millones de euros.

Estos límites son tan importantes porque, a la larga, sirven para determinar las obligaciones fiscales de las empresas, así como su acceso a financiamiento y a ayudas.

A su vez, son empresas vitales para la supervivencia de una economía nacional. En este sentido, los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de inicios de 2024 son transparentes:

• Representan más del 99% de las empresas de España.
• Más del 60% del empleo en el país depende de ellas, lo que refleja su capacidad para dinamizar el mercado laboral y contribuir al crecimiento económico.
• Hay sectores clave como el de la construcción que están compuestos íntegramente por pequeñas y medianas empresas (100%), así como el agrario o los servicios (más del 99%).

Teniendo en cuenta estos números, vemos cómo las pymes constituyen un pilar fundamental de la economía española y su relevancia va más allá del simple número de empleados.

A su vez, la definición de las grandes empresas las distingue de las pymes en que tienen más de 250 empleados y un volumen de negocio superior a los 50 millones de euros. Obviamente, también juegan un rol importante en la economía, pero su estructura y necesidades son completamente diferentes, lo que las sitúa en un mundo aparte en cuanto a gestión y desafíos.

Pero también hay un jugador nuevo: la digitalización, que está transformando la operativa de las pymes. Tanto pequeñas como medianas empresas están adoptando nuevas tecnologías para mejorar su eficiencia.

Las medianas empresas, gracias a su mayor capacidad de inversión, están liderando este cambio, invirtiendo en sistemas de gestión y herramientas digitales avanzadas. Así mismo, están empezando a competir con cualquier gran empresa en ciertos sectores e industrias.

En este aspecto, el Estudio pymes europeas de Qonto destaca que las medianas empresas priorizan cada vez más la implementación de tecnología avanzada. Hablamos de plataformas de gestión financiera automatizadas o herramientas que mejoran la experiencia del cliente.

Ahora bien, sabiendo que todas ellas, incluidas las microempresas, pertenecen a la categoría pyme, ¿qué diferencia hay entre una pequeña y una mediana empresa? ¿Cuál es la definición de cada una? Veámoslo con ejemplos.

Ya lo avanzábamos en los criterios de la UE, pero lo volvemos a aclarar: también según los requisitos de una pequeña empresa en España, se considera como tal aquella que cuenta con entre 10 y 49 empleados y cuya facturación no supera los 10 millones de euros anuales. Este tipo de empresas suelen tener una estructura organizativa más simple y un alcance local o regional.

• Ejemplo real de pequeña empresa española: Grupo Mamsa, con sede en Málaga, es un ejemplo de pequeña empresa en el sector de la construcción. Cuenta con 35 empleados y una facturación anual cercana a los 6 millones de euros. A pesar de su tamaño, ha logrado competir en su sector gracias a su flexibilidad y capacidad para adaptarse a las necesidades del mercado local.

Por otro lado, una mediana empresa, por definición tiene entre 50 y 249 empleados y su facturación oscila entre los 10 y 50 millones de euros anuales. Negocios como este suelen tener una estructura más compleja, con departamentos especializados y presencia en varios mercados, tanto nacionales como internacionales.

• Ejemplo real de mediana empresa en España: Panificadora Calidad Pascual SAU es un ejemplo de una mediana empresa española con sede en Aranda de Duero. Con aproximadamente 150 empleados y una facturación de 25 millones de euros anuales, tiene una presencia significativa en varias comunidades autónomas. Su enfoque en la innovación y la expansión le ha permitido consolidarse en el sector alimentario.

Ahora que tenemos claras las definiciones de ambas categorías de empresas, y excluyendo para ciertas cuestiones a las microempresas, es fundamental entender sus diferencias. Si bien comparten algunas características, existen varios factores que las distinguen:

El número de empleados es el criterio más obvio para diferenciar a las pequeñas de las medianas empresas:

• Pequeñas empresas: entre 10 y 49 empleados.
• Medianas empresas: entre 50 y 249 empleados.

Este número no solo define el tamaño, sino que también afecta a la estructura organizativa. Las medianas empresas suelen tener departamentos más especializados, lo que les permite diversificar y gestionar áreas clave como las ventas, el marketing, la tecnología, etcétera, de forma más eficiente.

A su vez, la facturación anual en millones de euros de cada empresa es otro factor clave en la diferenciación:

• Pequeñas empresas: facturan menos de 10 millones de euros anuales.
• Medianas empresas: tienen una facturación que oscila entre los 10 y los 50 millones de euros.

Esta diferencia de ingresos afecta a la capacidad de inversión y al crecimiento. Mientras que una pequeña empresa podría tener recursos limitados para expandirse, las medianas empresas pueden realizar mayores inversiones en tecnología, en procesos y en personal. 

De hecho y como decíamos líneas más arriba, muchas medianas empresas priorizan la inversión en tecnología para mantenerse competitivas en el mercado.

La estructura organizacional también difiere entre estas dos categorías de empresas:

• Pequeñas empresas: suelen tener una estructura más plana, donde los fundadores o los directivos asumen múltiples responsabilidades.
• Medianas empresas: la especialización en ellas es más común, ya que tienen departamentos específicos y procesos más estructurados.

Por ejemplo, mientras que en una pequeña empresa el dueño puede gestionar tanto las finanzas como el marketing, en una mediana empresa es habitual tener un departamento financiero dedicado o externalizado. Por eso, en el caso de las medianas la gestión suele ser más eficiente y se puede focalizar en áreas críticas.

El acceso a financiación es otro punto donde las diferencias son notables:

• Pequeñas empresas: generalmente dependen de fuentes de financiación más limitadas, como los créditos bancarios convencionales y de importes más pequeños o del propio capital personal de los dueños.
• Medianas empresas: tienen un acceso más amplio a líneas de crédito para empresas, inversores muy variados e incluso a mercados internacionales.

Además, las medianas empresas suelen ser candidatas a inversiones de capital privado o fondos de inversión, lo que les facilita acometer grandes expansiones o proyectos de innovación, mientras que una pequeña empresa puede depender más de programas de apoyo gubernamental específicos para pymes.

De todas formas, en Qonto te contamos qué ayudas estatales para pequeña y mediana empresa puedes solicitar, así como las ayudas para emprendedores que hay para quienes van a lanzar su negocio u otras subvenciones públicas como los fondos europeos para pymes de la UE.

Por último, otra diferencia importante entre pequeñas y medianas empresas es su agilidad y su capacidad de reacción antes diversas situaciones:

• Pequeñas empresas: por su tamaño reducido, suelen ser más ágiles y flexibles en la toma de decisiones y la adaptación a cambios en el mercado.
• Medianas empresas: al tener una estructura de negocio más compleja, se pueden enfrentar a más desafíos y adaptarse más rápidamente a ellos, compensando esto con una mayor resistencia financiera.

Para resumir estos cinco criterios que diferencian una pequeña empresa o micropyme de una mediana empresa, esta tabla comparativa recoge toda la información de forma condensada.

Aun teniendo diferencias, tanto las pequeñas como las medianas empresas ofrecen ventajas y desventajas. Por lo tanto, ante la pregunta sobre cuál es mejor, lo más importante es que consideres esos beneficios e inconvenientes y evalúes en cada caso concreto la que mejor estructura ofrece para tu negocio.

A grandes rasgos, las pequeñas empresas destacan por su flexibilidad y capacidad para adaptarse rápidamente a cambios del mercado, además de ser más cercanas con sus clientes, y de que su estructura implica menos costes operativos. No obstante, tienen limitaciones importantes, como el acceso a financiamiento y son más vulnerables ante crisis económicas.

Por otro lado, las medianas empresas, aunque son menos ágiles, cuentan con mayor capacidad de inversión, lo que les permite expandirse y diversificar productos o servicios. También tienen mejor acceso a nuevos mercados y fuentes de financiación, aunque les supone más costes y mayor dependencia de financiación para sostener su crecimiento.

De todas formas, te mostramos las ventajas y desventajas de cada tipo de empresa con esta tabla.

En resumen, la diferencia entre una pequeña y mediana empresa radica principalmente en el número de empleados, la facturación y la estructura organizativa. Ambas categorías de negocio tienen ventajas y desafíos únicos. Por eso, es vital que conozcas estas diferencias de cara a poder aprovechar las oportunidades y adaptarte a las regulaciones.

Así que, en un entorno empresarial y económico cada vez más competitivo, comprender estos aspectos te permitirá tomar decisiones más informadas para el crecimiento y la sostenibilidad de tu empresa. Si gestionas una pyme y buscas soluciones financieras que te ayuden a optimizar tu negocio, en Qonto tenemos una oferta adaptada a las necesidades específicas de pequeñas y medianas empresas.