Banca Online
La banca online ha supuesto una verdadera revolución dentro de los servicios financieros. Al fin y al cabo, la irrupción de una nueva realidad digital y electrónica ha significado tanto un reto como una oportunidad para la banca tradicional.
La banca online, también conocida como banca digital, banca por internet o banca móvil, es un conjunto de servicios bancarios prestados a través de medios y canales digitales que permiten a los clientes gestionar sus finanzas sin necesidad de acudir a una oficina física.
Esto significa que este tipo de banca ofrece al cliente de un servicio financiero la posibilidad de realizar todas las operaciones habituales usando la conexión a internet de su propio ordenador, móvil o tablet. Entre las operaciones más habituales está la consulta de movimientos y saldos de la cuenta bancaria, las transferencias de cualquier importe, el pago de recibos, el ingreso de la nómina, la solicitud de una tarjeta de crédito o débito e incluso la contratación de productos financieros como préstamos, hipotecas, depósitos, fondos de inversión, planes de pensión o seguros.
Una de las principales ventajas de la banca digital es que permite que el usuario acceda ella a cualquier hora del día y en cualquier día de la semana. Es un servicio sin interrupciones que funciona día y noche, los 365 días del año, siempre y cuando se cuente con conexión a internet y de su clave para acceder al servicio financiero a través de la web o de la app.
La banca digital ha supuesto un cambio de paradigma en el sector financiero y bancario, ya que ha mejorado los procesos y ha reducido los costes operativos, asegurando así una mayor comodidad y libertad para el cliente. Este ha sido el principal motivo por el que la banca online se ha convertido en uno de los principales canales de los bancos tradicionales, las fintechs y los neobancos.
Principales características de la banca digital
La banca online se ve definida por todo un conjunto de características:
- Disponibilidad 24/7. Ofrece acceso a los servicios financieros en cualquier momento del día, todos los días del año, sin limitaciones de horario comercial.
- Ubicuidad. Asegura una gestión financiera desde cualquier lugar con conexión a internet, tanto desde ordenadores como dispositivos móviles.
- Seguridad. El uso de sistemas de encriptación, contraseñas, tokens y biometría blinda la seguridad de la información bancaria y garantiza la confidencialidad de los datos del cliente.
- Rapidez. La banca digital agiliza los trámites y procesos hasta el punto de que la mayor parte de operaciones se realizan en tiempo real.
- Comodidad. El cliente evita los desplazamientos a la oficina del banco y las largas esperas para recibir atención personal.
- Multicanalidad. Este tipo de banca integra la operativa de banca por internet, app móvil, cajeros automáticos y, en ocasiones, incluso centros de atención al cliente.
- Interactividad. Se incentiva la comunicación constante entre usuario y banco mediante alertas, notificaciones push y atención al cliente.
- Funcionalidades. La oferta de servicios financieros específicos aumenta cada vez más.
Historia de la banca online
Los inicios de la banca digital en España se remontan a los años 80, cuando algunos bancos tradicionales como BBVA o La Caixa empezaron a ofrecer los primeros servicios telemáticos a través del teléfono fijo. Por aquel entonces, los bancos empezaban a ofertar servicios telefónicos como la consulta de saldos y de últimos movimientos de las cuentas corrientes.
Sin embargo, y por mucho que esto pueda considerarse un precedente importante, el hito fundacional que marca el origen de la banca por internet es la creación de Security First Network Bank en 1995 en Estados Unidos. Este fue, sin lugar a dudas, el primer banco totalmente digital del mundo.
Poco después, a finales de los 90, la adopción masiva de internet facilitó la aparición de más bancos exclusivamente online, sin sucursales físicas, tanto en España como en Europa y en el resto del mundo. En aquella época, los clientes particulares podían usar sus ordenadores para consultar saldos, movimientos y extractos de sus cuentas, pero las operaciones financieras que se podían realizar eran todavía extremadamente limitadas.
Es a principios de los 2000 cuando arranca la expansión de funcionalidades financieras clave como, por ejemplo, la realización de transferencias entre cuentas bancarias o el pago online del importe de los recibos domésticos. El desarrollo de nuevos sistemas de encriptación y la implantación de contraseñas más seguras reforzó la ciberseguridad de estos servicios, permitiendo un uso más amplio de la banca digital para clientes particulares y empresas.
La llegada del iPhone en 2007 y la masificación de los teléfonos inteligentes con acceso a internet móvil de alta velocidad supuso el espaldarazo final de la banca en el día a día de la vida moderna. A una velocidad pasmosa, los principales bancos lanzaron sus propias apps para permitir operar desde cualquier sitio. Soluciones como Bizum, Apple Pay, Google Pay o Samsung Pay han impulsado más todavía los pagos digitales integrados en cualquier app o red social.
Actualmente, el concepto de banca abierta y el uso de APIs ha acabado por interconectar las finanzas personales de los clientes con otros servicios digitales, dando lugar al open banking y a la omnicanalidad. A día de hoy, es posible realizar una amplia gama de operaciones financieras online como, por ejemplo, gestionar la cuenta bancaria, realizar transferencias, operar con bolsa, contratar seguros, solicitar préstamos, poner límites a la tarjeta, gestionar nóminas… Todo ello de forma integrada desde el móvil, la web del servicio bancario o el cajero automático.
Ventajas y desventajas para empresas y particulares
Llegados a este punto, es necesario hacer balance de las ventajas y desventajas de un servicio tan complejo como la banca digital. Empezando por una lista de ventajas realmente amplia:
- Disponibilidad 24/7 los 365 días del año para consultar saldos y movimientos y para realizar todo tipo de operaciones financieras.
- Acceso ubicuo a los servicios bancarios desde cualquier lugar con conexión a internet.
- Comodidad para operar desde cualquier lugar, ya sea en casa o en la oficina, sin desplazamientos ni esperas.
- Rapidez en la realización de transferencias, pago de recibos, gestiones de tarjetas, etc.
- Amplio catálogo de productos bancarios contratables online como hipotecas, préstamos, depósitos, fondos de inversión o seguros.
- Mejores tipos de interés y menores comisiones al reducirse los costes operativos.
- Sencillez en la gestión financiera gracias a la banca móvil y a apps intuitivas.
- Mayor control sobre las finanzas personales y empresariales.
- Resúmenes y extractos digitales descargables.
La lista de desventajas de la banca online, por su parte, es mucho más corta:
- Brecha digital en ciertos segmentos de edad como, por ejemplo, los mayores de 65 años.
- Curva inicial de aprendizaje para usuarios poco digitales.
- Dependencia de conexión a internet y dispositivos electrónicos.
- Menor trato personalizado al desaparecer la cercanía que ofrecen las oficinas y los gestores presenciales.
- Posibles fraudes y suplantación de identidad en la operativa digital.
- Falta de adaptación en algunos sistemas de seguridad. Algunos bancos, por ejemplo, todavía mandan sms para confirmar ciertas operaciones y, si el usuario está en el extranjero sin roaming, se complica la operatividad.
- Mayor complejidad para la gestión del efectivo.
El futuro de la banca electrónica
El futuro de la banca online está ligado a nuevos conceptos tecnológicos que permitirán a los usuarios compartir sus datos bancarios de forma segura con terceros a través de APIs para acceder a servicios financieros personalizados. Así será la futura banca abierta.
La banca abierta, también conocida como open banking, es un concepto que está transformando los servicios financieros para que puedas compartir tus datos e información bancaria de forma segura con terceros a través de APIs (interfaces de programación de aplicaciones).
Esto permite agregar y acceder a productos bancarios como cuentas corrientes, hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos, fondos de inversión y seguros (tanto de bancos tradicionales como BBVA, CaixaBank como de otras entidades financieras) desde aplicaciones de otras compañías. El objetivo del open banking es que puedas gestionar tus finanzas personales y de tu negocio de forma integrada, beneficiándote de nuevas funcionalidades mediante la interconexión entre distintos proveedores a través de estándares y protocolos seguros de banca abierta.
La banca digital del mañana se integrará en interfaces de uso cotidiano como apps de mensajería y redes sociales. Podrás realizar una transferencia o pagar un recibo desde WhatsApp, además de contratar un préstamo sin salir de Instagram. BBVA, CaixaBank y otros bancos tradicionales convivirán con nuevos actores fintech.
Tus tarjetas físicas tenderán a digitalizarse por completo en billeteras móviles protegidas por nuevos conceptos de seguridad como la tokenización avanzada, la biometría e incluso el uso de Inteligencia Artificial (IA). En lugar de llevar la tarjeta de crédito en la cartera, tu móvil será el método de pago por defecto.
Los bancos tendrán más información sobre tus hábitos de consumo y financieros. Esto les permitirá ofrecerte préstamos personalizados, mejores hipotecas y productos de ahorro e inversión adaptados a tus objetivos. La customización será la clave.
Conceptos como el dinero programable permitirán asociar comportamientos a tus transferencias. Por poner un ejemplo práctico, podrás vincular el pago de la nómina a objetivos de ahorro e inversión con importes y plazos definidos de forma automática.
En definitiva, la banca online tiene ante sí el reto de ganarse aún más la confianza de usuarios y empresas, al tiempo que facilite la gestión del dinero mediante experiencias intuitivas e integradas en nuestro día a día.