Liquidez
No es casual que el término liquidez provenga de la palabra líquido. En el ámbito privado, a veces se dice que alguien "no tiene liquidez", y esto no significa otra cosa que esa persona no tiene dinero. Para que una empresa sea líquida, es decir, para que siempre "tenga liquidez", es indispensable una buena gestión de la tesorería. Pero, ¿qué significa realmente que una empresa tenga liquidez financiera?
La liquidez es la capacidad de una empresa para convertir sus activos en dinero en efectivo y así sufragar sus obligaciones financieras a corto plazo. Sólo una empresa con liquidez suficiente puede hacer frente a sus pagos.
Al fin y al cabo, una empresa realiza sus pagos desde su cuenta bancaria (con, por ejemplo, transferencias) o en efectivo. ¿Y qué tiene en común estos métodos de pago? Que se basan en la liquidez financiera, o lo que es lo mismo: en el acceso inmediato a fondos disponibles.
Lo contrario de la liquidez de una empresa es la insolvencia. Si una empresa no puede hacer frente sus facturas pendientes, sus pagos o los salarios de sus empleados, existe riesgo de que incurra en insolvencia y peligre su futuro financiero.
¿Cuáles son los diferentes grados de la liquidez?
Los distintos grados de liquidez de las empresas se calculan a partir de ratios empresariales que permiten extraer conclusiones sobre la liquidez o solvencia del negocio.
Existen tres categorías de liquidez:
1. Liquidez de
2. Liquidez de
3. Liquidez de
¿Qué tipos de activos existen?
Los diferentes tipos de activos se clasifican teniendo en cuenta la velocidad con la que pueden transformarse en dinero afectivo sin afectar a su valor significativamente. Esto significa que un activo se considera más líquido si puede venderse fácilmente y obtener así dinero a cambio.
A continuación puedes encontrar una lista de diferentes activos ordenados de mayor a menor liquidez:
- Efectivo (billetes y monedas).
- Depósitos bancarios.
- Deuda pública a corto plazo (es decir: letras del Tesoro).
- Pagarés empresariales.
- Deuda pública a largo plazo (es decir: bonos y obligaciones del Tesoro).
- Renta fija proveniente de la deuda de emisores privados.
- Renta variable.
- Acciones de empresas no cotizadas.
- Inmuebles.
¿Cómo se calcula la liquidez de una empresa?
Existen diferentes formas de calcular la liquidez de un negocio, y dependen directamente de los tres tipos de liquidez existentes: primer grado (coeficiente de caja), segundo grado (quick ratio) o tercer grado (ratio corriente).
El coeficiente de caja se puede calcular utilizando la siguiente fórmula:
Coeficiente de caja = efectivo y equivalentes de efectivo / pasivos corrientes
En esta fórmula, el numerador se refiere al saldo en efectivo y otros equivalentes de efectivo (como, por ejemplo, los saldos en cuentas bancarias susceptibles de ser liquidados con rapidez); mientras que el denominador incluye los pasivos corrientes (deudas y obligaciones que han de pagarse a corto plazo, comúnmente en un máximo de un año).
Un coeficiente de caja superior a 1 es un buen indicador y señala que el negocio tiene efectivo suficiente para cubrir los pasivos corrientes.
Para calcular el quick ratio, puedes recurrir a la siguiente fórmula:
Quick Ratio = (efectivo + cuentas por cobrar + inversiones a corto plazo) / pasivos corrientes
En este caso, el numerador es una suma del efectivo, las cuentas por cobrar (es decir: todas aquellas ventas que todavía no hayan sido cobradas) y las inversiones a corto plazo que se pueden liquidar rápidamente; mientras que el denominador incluye los pasivos corrientes.
Un quick ratio superior a 1 sugiere una buena capacidad para afrontar deudas inmediatas, ya que indica que el negocio dispone de suficientes activos líquidos para cubrir sus pasivos corrientes.
Por último, el ratio corriente se calcula con la siguiente fórmula:
Ratio corriente = activos corrientes / pasivos corrientes
Un ratio corriente superior a 1 es indicador de que un negocio tiene más activos corrientes que pasivos corrientes, y eso sugiere una gran capacidad para asumir pagos a corto plazo.
¿Cómo afrontar la falta de solvencia financiera?
La falta de liquidez puede tener consecuencias devastadoras para una empresa y provocar un efecto avalancha que desemboque en insolvencia. Si no se puede pagar a los proveedores, se producen cuellos de botella en los recursos financieros, lo que a su vez provoca retrasos en las entregas y clientes insatisfechos que, en el peor de los casos, incluso ponen fin a la relación comercial.
Esta es una espiral descendente que toda empresa debe evitar. Para que esto no ocurra, una empresa puede recurrir a diferentes opciones alternativas:
- Ofrecer descuentos a clientes que paguen rápidamente.
- Permitir un descubierto en una línea de crédito.
- Renegociar un préstamo.
- Vender o deshacerse de algunos de los activos de la empresa.
¿Cómo puede mejorarse la liquidez de una empresa?
¿Tu empresa está experimentando problemas de liquidez? A continuación tienes un conjunto de medidas que puedes adoptar para mejorar la situación financiera de tu negocio en lo concerniente a los recursos de capital:
- Aumentar los fondos propios.
- Aportar efectivo a la empresa.
- Incorporar nuevos accionistas a la compañía.
- Aumentar la línea de crédito con tu entidad bancaria.
- Recurrir a un préstamo.
También existen medidas que conciernen a los clientes de un negocio. Aquí tienes una lista de posibilidades:
- Facturar al momento y no esperar a fin de mes.
- Cobrar las facturas impagadas, si es necesario a través de una agencia de cobros.
- Implantar una gestión activa de las cuentas pendientes de cobro con recordatorios periódicos que mejoren el control financiero.
- Vender cuentas pendientes de cobro mediante la práctica del factoring.
- Incentivar que los clientes paguen en un plazo lo más corto posible.
- Estimular un sistema de domiciliación bancaria.
- Comprobar la solvencia de los nuevos clientes.
- Negociar el pago a plazos con clientes sin liquidez.
En el lado opuesto a los clientes encontramos a los proveedores, y aquí también existen múltiples medidas posibles para mejorar la liquidez:
- Acordar plazos de pago ampliados para las facturas pendientes de abono.
- Estirar al máximo los objetivos de pago acordados.