Contrato de préstamo
Quienes desean financiar nuevos proyectos empresariales recurren a menudo a un crédito o, alternativamente, a un préstamo. Para garantizar que las condiciones son correctas y se cumplen tanto para la parte que concede el préstamo como para la que lo recibe, se establece un contrato de préstamo.
El contrato de préstamo es un documento que regula las condiciones en las que un prestamista concede un préstamo en forma de una suma determinada o un bien a un deudor o prestatario.
Al elaborar un contrato de préstamo, el prestamista se compromete a proporcionar al deudor la suma acordada o un bien en especie. El deudor, por su parte, se compromete a pagar la deuda a la parte prestamista tras la expiración de un plazo acordado. En el caso de muerte del prestatario, la deuda del préstamo pasará al heredero o heredera.
Contrato de préstamo: Contenido obligatorio
Los contratos de préstamo se elaboran tanto con fines comerciales como privados. Los documentos legales para la concesión de créditos por parte de los bancos deben acordarse por escrito para así cumplir con numerosas normativas legales. En el sector privado, sin embargo, el contrato escrito no es obligatorio pero aporta claridad y seguridad jurídica a las partes contratantes. En Internet se pueden descargar modelos de contratos de préstamo.
Existen siete conceptos básicos en todo contrato de préstamo:
- Importe prestado por el prestamista y recibido por el prestatario.
- Tipo de préstamo: rápido, personal, hipotecario…
- Plazo de vencimiento que el prestatario tiene para devolver tanto el importe prestado como los intereses acumulados.
- Intereses: precio adicional que se suma al importe y que el deudor paga por el servicio de préstamo.
- Amortización del capital: las condiciones en las que el deudor debe devolver el dinero prestado, ya sea total o parcialmente.
- Comisiones derivadas de las operaciones de préstamo.
- Condiciones de finalización del contrato en el eventual de que se incumplan las obligaciones especificadas en este documento legal.
¿Qué tipos de contrato de préstamo existen?
Hay diferentes tipos de préstamos que se adaptan a diferentes necesidades y que se utilizan en diferentes situaciones. Obviamente, también exigen diferentes tipos de contrato.
Según las condiciones del contrato
Dependiendo de las condiciones especificadas en el documento legal, pueden diferenciarse dos tipos de contratos de préstamo:
- Contrato de préstamo simple o mutuo. Citando al Código Civil, este tipo de contrato se realiza cuando “una de las partes entrega dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma especie y calidad”. Es decir, que el prestatario no devuelve lo prestado, sino algo que lo reemplace y que sea de la misma clase (es decir: no se devuelve el mismo dinero prestado porque ya se habrá usado, pero se devuelve la misma cantidad de dinero). En este caso, se pagarán intereses si ambas partes lo han pactado de forma expresa.
- Contrato de préstamo comodato. Volviendo al Código Civil, en este tipo de contrato “una de las partes entrega a la otra alguna cosa no fungible para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva”. Sería el caso de, por jemeplo, las obras de arte.
Según los actores y el uso
El contrato de préstamo mercantil es aquel está definido según los actores que intervienen en la transacción y el uso de los bienes entregados. Este tipo de contrato está definido por dos supuestos:
- El prestamista o el deudor es un comerciante (considerando, obviamente, que las entidades bancarias son consideradas comerciantes).
- El bien prestado se usa para una operación mercantil.
Según los intereses
Según el artículo 1755 del Código Civil, “no se deberán intereses sino cuando expresamente se hubiesen pactado”. En esta normativa tampoco se refleja una obligatoriedad a que los intereses sean económicos, sino que pueden ser cualquier otro tipo de bien fungible.
Aun así, los préstamos ofrecidos por las entidades bancarias siempre están sujetos a intereses. Puede darse el caso, sin embargo, de que un contrato de préstamo sirva para formalizar un acuerdo entre particulares que deciden prescindir de los intereses. Es algo habitual, por ejemplo, entre familiares.
¿Qué es un préstamo al consumo?
Un préstamo (o crédito) al consumo es un tipo de préstamo concedido a un individuo o consumidor para financiar gastos personales como, por ejemplo, la compra de bienes de consumo duraderos (electrodomésticos, muebles, coches, etc.) o para cubrir sus necesidades de financiación a corto plazo. Es un tipo de préstamo que, por lo tanto, está destinado al uso personal y no a una actividad comercial o empresarial.
El préstamo al consumo suele estar definido por las siguientes características:
- Suelen tener montos moderados y plazos de devolución relativamente cortos.
- Están sujetos a intereses y comisiones que se aplican al monto prestado.
- No suelen requerir garantías específicas como hipotecas o avales, aunque el prestamista puede solicitar cualquier tipo de garantía en el caso de que lo considere pertinente.
- El prestamista siempre evaluará la capacidad de pago y solvencia del prestatario antes de aprobar su solicitud.
- Están sujetos a regulaciones y leyes específicas que protegen al consumidor.
Base jurídica del contrato de préstamo en España
En España, el contrato de préstamo está regulado principalmente por tres leyes a tener en cuenta:
1. Código Civil. El Código Civil regula todos los tipos de contratos que existen en España y, por lo tanto, también regula el contrato de préstamo. Las disposiciones relativas a este documento aparecen en los artículos que van del 1.740 al 1.785, donde quedan tipificados conceptos como la obligación del prestamista de entregar al prestatario la cantidad pactada, la obligación del deudor de devolverla, los intereses, las garantías, los plazos…
2. Ley 2/2009. Esta ley es específica para los contratos de préstamo o crédito hipotecario realizados con consumidores, y tipifica todo un conjunto de normas que protegen sus derechos y aseguran la transparencia en el proceso de contratación. Gracias a esta ley, quedan establecidos conceptos como la información precontractual, el contenido del contrato, la ejecución de garantías, los derechos de desistimiento, la regulación de intereses de demora…
3. Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Esta ley, que también se conoce directamente como Ley de Consumidores, brinda una protección general a los consumidores españoles al contener disposiciones tan importantes como la prohibición de cláusulas abusivas o la obligación de proporcionar información clara y comprensible por parte del prestamista.
Diferencia entre contratos de préstamo entre particulares y entre empresas
Al comparar los contratos de préstamo entre particulares y entre empresas, es necesario establecer tres diferencias principales:
1. Marco legal. Los contratos de préstamo entre particulares están regulados por el Código Civil español, específicamente en los artículos 1.740 a 1.785. Por su parte, los contratos de préstamo entre empresas están sujetos a un marco legal más complejo: las transacciones comerciales y los contratos financieros están regulados por leyes específicas como la Ley de Contratos de Crédito al Consumo y la Ley de Crédito Inmobiliario.
2. Protección al consumidor. Los contratos de préstamo entre particulares están sujetos a normas generales de protección al consumidor como la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios; mientras que los contratos de préstamo entre empresas suelen quedar excluidos de las regulaciones específicas de protección al consumidor al considerarse que las empresas tienen un mayor grado de experiencia en la contratación comercial.
3. Condiciones y términos financieros. Los términos y condiciones financieras de los préstamos entre particulares suelen ser más flexibles y están sujetos a negociación entre ambas partes. En comparación, los préstamos comerciales entre empresas están sujetos a condiciones y términos financieros más estandarizados e influenciados por políticas internas, prácticas del mercado y regulaciones específicas.
Rescisión y revocación de los contratos de préstamo
Rescisión y revocación de contratos de préstamos son conceptos diferentes y, por lo tanto, es necesario observarlos por separado.
La rescisión es la acción de poner fin a un contrato de préstamo debido a la existencia de ciertos incumplimientos o incumplimientos graves por parte de una de las partes.
En este caso, es necesario tener en cuenta tres conceptos:
- Causas: incumplimiento de las obligaciones de pago, incumplimiento de los términos y condiciones acordados, falta de garantías…
- Consecuencias. Una rescisión del contrato implica que ambas partes deben volver a la situación anterior al préstamo.
- Procedimiento, que puede variar dependiendo de la legislación y los términos del contrato.
La revocación se refiere al acto de anular o cancelar un contrato de préstamo antes de que se haya completado o ejecutado.
La revocación está sujeta a diferentes puntos que hay que tener en cuenta:
- Causas, que pueden ser específicas y estar definidas en el contrato o en la legislación pertinente.
- Plazos y requisitos que es necesario cumplir para ejercer el derecho de revocación de forma legal y válida.
- Efectos. Una revocación implica la cancelación del contrato de préstamo desde su origen, lo que significa que las obligaciones de pago, los intereses y otros aspectos relativos al contrato quedan anulados.
¿Cuándo no es válido un contrato de préstamo?
En España, un contrato de préstamo se considera inválido o nulo en las siguientes circunstancias:
- Falta de consentimiento válido. Todo contrato de préstamo se basa en un consentimiento libre y voluntario por ambas partes. Esto significa que puede anularse en el caso de demostrarse que el consentimiento se obtuvo mediante fraude, error, violencia o coacción.
- Incumplimiento de requisitos formales. Algunos contratos de préstamo requieren ciertos requisitos formales como, por ejemplo, la firma de la escritura pública ante notario en el caso de los préstamos hipotecarios. Si no se cumplen estos requisitos formales, puede invalidarse el contrato.
- Incumplimiento de la ley. Si un contrato de préstamo incumple la ley (intereses excesivos o cláusulas abusivas, por ejemplo), puede ser declarado nulo.
- Incapacidad legal. Si una de las partes contratantes no tiene capacidad legal para comprometerse en un contrato (un menor de edad, por ejemplo), este puede ser considerado nulo.
- Objeto o causa ilícita. Si el objeto o la causa del contrato de préstamo contrarios a la ley o a las buenas costumbres (es decir: ilícitos), el contrato puede invalidarse.